Puerta de Embarque - Junio 2018 PE-125 | Page 10

2 En Aguas de Extremadura PUERTA DE EMBARQUE - Junio 2018 Veranea en aguas extremeñas La costa dulce extremeña, la mayor de Europa occidental (1.500 km), abre un verano más sus puertas ofreciendo 52 zonas de baño naturales, situadas en lugares de gran belleza. P Por Víctor Saornil. iscinas naturales, pozas, gargantas y playas fluvia- les se reparten por las dos provincias que constituyen el territorio extremeño. En total, más de 1.500 kilómetros de costa interior que conforman una oferta úni- ca en Europa occidental y que permite combinar escapadas naturales, visitas a pueblos medievales, un patrimonio cul- tural excepcional y una gastronomía con acento propio. Para 2018, las zonas de baño aprobadas por la Junta de Extremadura ascienden a 52, integrando en el listado piscinas naturales, gargantas, charcas, presas y ríos. De ellos, cuarenta se encuentran en la provincia de Cáceres, mientras que doce salpican tierras pacenses. Todas ellas han superado los crite- rios de calificación de los técnicos de Salud Pública por lo que se garantiza la calidad de las aguas y de su entorno. Lugares que se alojan en paisajes de ensueño, conforman- do una oferta inigualable para el verano. ENTRE RÍOS Y VALLES Una de las zonas más bellas y naturales de Extremadura, Las Hurdes, cuenta con cin- co zonas aprobadas para el baño, aunque son numerosas las piscinas naturales que salpican el entorno. Se trata del río Ladrillar, en Las Mestas; el puente del río de los Án- geles, en Casar de Palomero; el cauce del río Los Ángeles a su paso por Pinofranqueado, Rivera Oveja y Azabal. No faltan las zonas en las cuales es posible realizar deportes acuáticos como el piragüismo o la bajada de aguas bravas, así como los saltos de agua y las pozas donde también es posi- ble refrescarse. Al norte de la provincia cacereña se abre uno de los paisajes con mayor di- versidad de flora y fauna. La Sierra de Gata, recorrida por los ríos Eljas y Árra- go, conserva un importante patrimonio arquitectónico, gracias, en gran parte, a su secular aislamiento. Recorrer sus caminos significa internarse en uno de los lugares más vírgenes de la península,