A CAPA Y ESPADA…
Al mirarse al espejo Ánge-
sorpresiva libertad interior
miera mas que nunca, que
les se tranquilizó .Sin duda
que le permitió moverse
peliara sin razón con su fa-
era la mejor manera de
segura y manifestarse co-
milia y que el mal humor
cubrir tantos kilos de más.
queta, audaz, arrogante.
aflorara a cada instante.
La pesada capa negra cu-
Y fue en uno de eses tre-
brió amablemente la gor-
nes que se arman cuando
dura, sobre todo la de las
se descubrió bailando con
caderas y piernas que no
Romeo.
parecían propias sino de
otros cuerpos más pesados,
más
entrados
en
años, aunque su cara era
bonita y la parte superior
de
su
cuerpo
resultaba
armónica y agradable.
Cuando terminó de atar su
cabello, colocarse el sombrero y cubrir su rostro
con un antifaz, considero
que el “zorro” estaba listo
para entrar en acción en la
tan mentada “Fiesta de
Egresados con disfraz”.
La fiesta se desenvolvió
como todas: Música fuerte, gente que iba, venía,
saltaba, saludaba, sonreía… pero ella se sintió dis-
naría,
en
síntesis
como
mejorar mejor su gordura
Todo estuvo bien hasta
que…primero romeo le pidió que se quitara el antifaz y después que se quitara la capa, total ya no tenia
sentido porque se habían
descubierto,
y
además
hacia mucho calor. Con el
antifaz no hubo problema
pero la capa siguió cubriendo y defendiendo su cuerpo, nisiquiera le importaron
las gotas de sudor que le
resbalaban inexorablemente hasta la punta de sus
pies.
Llego a la cita derrotada y
da que se pasaba la noche
Ese día fue terrible para
bina del D.J) Sintió una
se pondría, como se pei-
para
era una mas (y no la gorcompleta sentada en la ca-
el momento de decidir que
Un chico que a simple vista
y por la manera de conducirse transmitía sencillez,
simpatía, dulzura…
La fiesta termino y quedaron de acuerdo para verse
al día siguiente a la tarde.
tinta, oculta en el disfraz,
Pero más terrible aun fue
no
ser
rechazada.
Siempre fue la gorda y por
serlo no podía permitirse
ciertas cosas.
pensó
vendría
mente
que
romeo
porque
había
no
segura-
intuido
su
cuerpo y no le interesaba.
Grande
fue
la
sorpresa
cuando lo vio llegar agitando la mano, disculpándose
por los 5 minutos de demora diciendo:
- ¡que linda que estas!.
De regreso ya a su casa
pensó que no era
tan te-
rrible ser gorda y que el
espíritu no se embellece
con una dieta.
Fin…
ángeles, sentía angustia y
temor y eso hizo que co-
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