La pintura muestra en su mayor parte un jardín que está cubierto con mucha vegetación, pero sobresalen los girasoles que recubren casi toda la extensión del jardín con sus colores amarillo y café. En medio de los girasoles está un pequeño camino de tierra que termina hasta la casa de Monet, donde una niña con sensación de curiosidad explora y juega en medio de todas las flores y plantas que rodean al jardín, mientras un pequeño niño la observa detenidamente para cuidarla sobre las escaleras cerca de la casa. Al pintor le gustaba la vegetación y los paisajes llenos de ella ya que muestra sólo un pequeño pedazo del techo de su casa y se enfoca más en lo verde de su jardín bien cuidado con macetas perfectamente ordenadas y decoradas con tonos de azul para agregar más alegría y belleza a su jardín.
Vétheuil fue el segundo punto de inspiración de Monet. A unos 50 km al norte de París, ofrecía motivos muy aprovechables para las obras del artista, especialmente los paisajes de la zona rural. El pintor crea una casa grande debido a la enfermedad de su esposa Camille. Esa casa y su jardín son los protagonistas del lienzo, en el que también aparecen Jean, su hijo y con otros personajes. Monet se interesa por los efectos lumínicos tomados al natural con luz y sombra. (Borgogelli, 2000:131)
Aquí resalta el jardín muy detallado que representa lo bien cuidado que lo tenía y demostraba que su querido hijo le gustaba andar merodeando entre los girasoles y otras plantas. Los distintos tipos de sombras y luces, exponen un atardecer que se va acabando conforme el día se va terminando y la luz se va escondiendo del cielo. Monet le daba un significado a cada detalle que le daba a sus pinturas como los niños jugando, el tamaño de la casa, la luz del atardecer, etc.
“El jardín y la casa de Monet en Vétheuil”