Proyecto Ovnis 3 - El Origen Extraterrestre Proyecto Ovnis 3 | Page 60
ANDREA VICTORIA CANO
pudieron observar el paso de un avión de dos motores en aparente vuelo de rutina. De
pronto y en la misma dirección por donde había pasado el aparato, divisaron maniobrando
en lo alto, sin ruido alguno una enorme nave plateada en forma de habano, sin alas ni
apéndice alguno. Lento, como si fuese a la deriva, el habano se dirigió hacia los
observadores y luego pareció que se detenía en el espacio. A primera vista el artefacto se
parecía a la cabina de un gran avión, reflejando sobre los lados los rayos solares.
En medio de la excitación general,
todos miraron a través de los
binoculares y distinguieron una
especie de marca negra u oscura
al costado del objeto, similar a una
insignia, aunque diferentes a las
conocidas. Adamsky, guiado por su
intuición, pidió a la secretaria que lo
acercase
al
lugar
donde
evolucionaba el “cigarro”, después
de pocos minutos la corazonada de Adamsky se concretaba de acuerdo a sus deseos. Un
“platillo” pequeño, en forma de campana apareció de súbito, aterrizó a menos de un
Kilómetro de distancia. Cuando se hallaba a una distancia menor de cien metros, vio a un
hombre que salía de un barranco cercano al “platillo” y le hacía señas de que se
acercase. Casi enseguida estuvieron frente a frente.
Las intuiciones de quien fuera considerado farsante y desacreditado por las Fuerzas
Armadas de su país, tomaron realidad. Cuando Adamsky se reintegró a su grupo de
amigos, comenzó a relatar su experiencia:
“Era un hombre de cabellos largos y dorados, vestido con un conjunto negro, semejante a
un traje de esquiador sin costuras. Llevaba botas cortas que dejaban en el suelo extrañas
huellas. Su rostro de rara belleza, casi femenino, reflejaba intenso amor y sabiduría. Sus
ojos eran azules y almendrados y los pómulos algo salientes. Debía medir
aproximadamente 1,80 metros y pesaría alrededor de 60 kilos. Nos comunicamos por
medio de gestos e inducción mental. El desconocido trazó varios círculos en el suelo – las
órbitas de los planetas- , por lo que creí
entender que provenía de Venus, al indicarme
la órbita correspondiente al segundo planeta y
luego señalarse a sí mismo”.
El venusino hablaba de vez en cuando en una
lengua muy parecida al alemán, y, a pesar de
su insistencia, se negó a ser fotografiado. Al
intentar aproximarse al “platillo” posado
algunos metros más adelante, experimentó un
poderoso tirón en el brazo izquierdo. Entonces
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