Proyecto Ovnis 3 - El Origen Extraterrestre Proyecto Ovnis 3 | Page 55
ANDREA VICTORIA CANO
de la humanidad se han unido a las criaturas terrestres y han colaborado en sus avances
tecnológicos, contribuyendo a que sus civilizaciones avancen hacia la entelequia.
El tiempo se agota y siento que algunos viryas están cómodamente extraviados en el
laberinto de la vida cálida, sumidos en un confort que el dem iurgo les ha dado, donde todo
es paz aparente (sometimiento del espíritu) y amor (odio en el demiurgo) sin saber que
todo es un eterno retorno a lo mismo, a repetir una y otra vez los dramas sin sentido de
esta vida ilusoria, es que un sentimiento de angustia se apodera de ellos ante el inminente
cataclismo que se intuye ya cerca, a la vuelta de la esquina.
Prefiero morir con honor que vivir sometida, seguiré luchando la causa de mi Kristos Luz y
con el fuego frio que recorre mi corazón desearé que todos los viryas se conviertan en
hombres de piedra para guillotinar las cabezas de Bera y Birsa. Mientras el mundo se
pudre más cerca está el holocausto de fuego. El momento del triunfo de lo creado sobre lo
increado, del ser sobre la nada, de la luz sobre las tinieblas del alma ha llegado, pronto la
sinarquía será una realidad y la humanidad quedará de rodillas ante el poder del pueblo
elegido. Habrá llegado entonces el momento de ablandar al hombre para obligarlo a
exhibir su imperfección y bestialidad. Será el tiempo de reemplazar a la serpiente del
paraíso por el dragón de Sodoma. Al final todos terminaran aceptando el modo de vida
sinárquico; el hombre sustituirá al águila por la paloma, a la guerra por la paz, al riesgo
heroico por la comodidad pasiva, y sólo nos queda el espíritu guerrero que es la pureza
de la sangre, nuestro legado divino y la satisfacción de haber peleado contra Jehová-
Satanás mientras vislumbramos el Origen. Esa será entonces nuestra dantesca guerra en
la tierra, prepárate, lucha y muere con algo de dignidad…
Escena de la Guerra Esencial del Mahabaratha, que se volverá a repetir con fuerza irrefrenable en
nuestros días, en un acontecimiento que se conoce como la batalla final.
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