PROYECTO OVNIS 2 - LA OTRA CARA DE LOS ALIENÍGENAS PROYECTO OVNIS II-La Otra Cara de los Alienígenas | Page 68
Lic. Pablo Adolfo Santa Cruz de la Vega
hilvanada en “El Misterio de Belicena Villca”. Los tartesios se
cuentan entre los últimos pueblos que perseveraron en el modo
de vida estratégico y el pacto de sangre. En el siglo III antes de
C., concretaron una alianza con un poderoso pueblo pelasgo, los
lidios, para resistir el asedio de un pueblo del pacto cultural que
poseía una elevada cultura y un poderoso ejército mercenario:
los fenicios. Cuando estos finalmente invadieron Tartessos,
arribaron junto a los invasores los sacerdotes del Dios Uno a
Europa con una misión especialmente encomendada a ellos por
los alienígenas traidores, aquellos que pactaron con el creador y
las potencias de la materia, encontrar los transductores con los
que los tartesios y otros pueblos del pacto de sangre se
contactaban con los dioses liberadores, apoderarse de ellos por
cualquier medio y destruirlos.
Así las élites iniciadas que custodiaban las gemas, pasaron a la
clandestinidad. Con la llegada de los romanos, el linaje de
Tharsis se emparento con su aristocracia disimulando su
doctrina herética en el culto a Vesta, la diosa del fuego romana,
hasta el siglo tercero después de C., en que nace la iglesia
católica y se prohíben los cultos paganos; detrás de esta
prohibición están los sacerdotes del Dios Uno, que buscan aún
los transductores. Ya dijimos que por lo general las realezas
iniciadas del pacto de sangre engastaban estas gemas en
objetos reales, por ejemplo en coronas y espadas. Comienza la
judeocristianización de la Europa pagana. En el siglo X sólo los
tartesios y algunos pueblos anglosajones y vikingos conservarán
todavía
sus
transductores
que
aún
los
sacerdotes
judeocristianos no han podido arrebatarles.
Algunos de estos pueblos se embarcaron a América escapando
de las cruzadas antiheréticas, trayendo consigo sus
transductores. Los sacerdotes judeocristianos llegaran en el
siglo XV bajó la égida de un supremo sacerdote de la
68