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2. LO QUE EL MUNDO ESCONDE.
Veamos, a simple vista, sin aguzar mucho la mirada, casi todos somos capaces de
notar distorsiones y anomalías en el entramado de la historia oficial que se nos ha
inculcado a través de generaciones y generaciones. Hay muchos hechos culturales y
registros históricos que han sido deliberadamente omitidos o cambiados.
Siempre en líneas generales, pongamos en evidencia algunos de los más notorios y
evidentes.
- El Origen del Universo.
- El Origen del Hombre.
- El Origen de la Civilización.
- El Origen de la Religión.
En vista de la complejidad que representa plantear y clasificar estos contenidos,
creemos que a través de estas cuatro categorías podemos exponer con cierta
sencillez la filigrana del gigantesco entramado, la manipulación que el sistema ha
ejercido en variados ámbitos y desde diferentes perspectivas, para desorientar a la
humanidad; Con esto trataremos de englobar en la medida de lo posible, todo o casi
todo lo omitido, desvirtuado y distorsionado por la cultura.
El Origen del Universo.
La cultura del sistema pregona dos posturas al respecto, la teoría de la incertidumbre
materialista que afirma que el universo siempre ha estado, y siempre va a estar; que
todo es fruto de la casualidad y el accidente, por lo que ante esta entropía natural solo
cabe a la humanidad desarrollar las posibilidades hasta el límite del progreso que
podamos alcanzar para llegar a ningún lado; y la teoría de la finalidad teleológica,
disfrazada de espiritualidad pero igualmente materialista, que afirma que el universo
ha sido creado con algún motivo que desconocemos y que se nos revelará en algún
momento, cuando haya cumplido su propósito y sobrevenga el final.
Como sea, el cientificismo cree ver en el big bang una generación y una disolución de
un universo que se expande y contrae, y las religiones un principio y un final de los
tiempos; como se verá el mismo rostro con otra máscara, ya que cientificismo y fe
convergen al principio y al final.
Y bueno, la pregunta ¿Qué se nos esconde? Es evidente que algo se esconde pues
en ambos casos el universo no tiene sentido, sea que se destruya porque sí, o por qué
una voluntad superior así lo ha designado, de todas maneras somos impotentes para
conocer la causa primera, postulado teológico por excelencia de todas las religiones.
Antes de contestar a la pregunta planteada, reflexionemos sobre esto: el universo es
demasiado grande para pretender reducir la distancia a la estrella más cercana por
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