La confitería debe tener una personalidad que
ya de por sí se destaque de lo que entendemos
de los centros culturales.
Los productos, regionales o no, deben ser de una
calidad rigurosamente controlados.
La confitería es un lugar de encuentro de las
culturas locales y los visitantes.
Pero en ambos casos igualados tecnológicamente.
Los menúes, por ejemplo, seran en distintos idiomas,
bastará seleccionar los platos y la orden llegará
a la cocina.
Conceptualmente, se debe apuntar hacia la
exquisitez, por ejemplo, que no haya sólo un tipo de
café sino todos los cafés de nuestras hermanas de
América.
Estamos hablando un una confitería que tiene
adosada una radio y un SUM para ochenta personas,
que puede o no incluírse dentro del gran salón en planta baja.
Una gran barra vende comidas y bebidas de la zona.
El aspecto tecnológico es muy importante ya que si cada persona tuviese una tablet no sólo podría elegir su menú sino revisar sus correos, etcetera.
Cada confitería es similar en concepto pero respeta las características zonales.