PROYECTO - DE PASO POR MEJÍA revista celular | Page 53
LEYENDA DE “LOS TRES CANTOS DEL GALLO NEGRO”
“En una aciaga tarde del bobo y lento atardecer de Machachi remitido en el tiempo a la
tendida de los rieles en El Seco y al cascabeleo de las herraduras sobre el empedrado del Carretero
Nacional. El nieto del Presidente Luis Cordero por alguna romántica relación con
alguna de las Negrete pasaba largas temporadas entre Colache y asistiendo a los baños curativos de
Tesalia. El escuchó de un anciano las palabras alargadas a la vez que amenazantes mientras repulgaba
sus dedos insistentemente y un hilo de saliva se escurría en la comisura izquierda”1, el relato de los
3 cantos del Gallo Negro, el anciano empezó a si su relato: Hace muchos años existía un indígena
sin nombre que vendía gallinas a la dueña de una fonda, este señor tenía un gallito llamador de color
negro, es decir con su canto llamaba a los compradores, un Doña Petrona la fondera había encargado
unas gallinas al indígena para las fiestas de Niña María, el indígena confiaba sus comercios al Gallo
Negro que siempre le acompañaba, Doña Petrona fue a casa del indígena a buscarlo ahí al
encontrar todo desordenado fue corriendo hacia la Iglesia hablar con el señor cura. Pero el cura ya
estaba enterado de todo porque un joven que preciaba de ser amigo y confidente del indígena aviso
al señor cura de su fallecimiento que se había muerto en el chaparro del Monte Redondo este sitio
es temido y cruzado con cautela por los viajeros del siglo XIX por considerarlo sitio habitado por
salteadores, el señor cura y Doña Petrona dieron oídos al Teniente Político, mientras subían al monte
el Hacendado y el Tuerto Bonifaz se les unieron en la marcha encabezada por el señor cura y siempre
guiados al son del uno dos y tercer canto del gallito llamador al acercarse encontraron el cadáver del
indígena, tristemente empezaron las investigaciones cuando la gente del pueblo se acercó a la policía
el gallito negro canto 3 veces señalando al culpable, el cual fue ajusticiado y enviado al penal García
Moreno.
Fuente:
Historiador Antonio Morales. / Monografía José Romero y Cordero
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