La gente de la ciudad dormía todas las noches atemorizada . Los asesinatos se sucedían y nadie lograba atrapar al autor de las matanzas .
Una noche más , una pareja de oficiales lograron divisar una figura extraña en las sombras escribiendo las letras “ TD ” en la pared de un oscuro callejón durante un turno rutinario . No dudaron en abalanzarse sobre el sospechoso , pero éste se dio cuenta y escapó corriendo . Los policías pidieron refuerzos y lograron seguirle hasta un cementerio cercano gracias a la estela de sangre que el asesino dejaba a su paso .
Al entrar en el cementerio , los policías no tomaron las debidas precauciones . Les dominaba el ansia de atrapar cuanto antes al criminal , que tantos conocidos se había llevado por delante , y ese fue su error . De repente , uno de ellos cayó al suelo sangrando a borbotones por la garganta y su compañero tuvo que auxiliarlo , pero logró sacar una foto con una cámara que portaba en el bolsillo a la zona oscura del camposanto donde se debía encontrar el criminal . Cuando reveló el carrete la sorpresa fue enorme : al lado de una de las tumbas se podía apreciar la silueta de un oso de peluche con una luz roja en la cabeza portando un hacha en su mano izquierda .