La globalización fue el desencadenante de cambios estructurales muy positivos para la economía española . El proceso de internacionalización de nuestras empresas comenzó relativamente tarde , en los 35 últimos años , espoleado por la adhesión a la entonces Comunidad Económica Europea . El esfuerzo por competir en un mercado global cada vez más interconectado exigió un cambio de mentalidad , esfuerzos y sacrificios que se tradujeron en la existencia de cerca de 57.000 empresas españolas que exportaban de manera regular en el año 2022 . A pesar de la pandemia del coronavirus , el número de empresas exportadoras regulares en nuestro país aumentó progresivamente .
Gracias al proceso de internacionalización , las empresas consiguen mejorar paulatinamente su competitividad y productividad , con una mayor innovación y dotación tecnológica , y ofreciendo empleos de mayores salarios y calidad . Eso se multiplica a nivel de nuestro sistema productivo , que será más competitivo cuanto mejor integrado se halle en las cadenas globales de valor , y por extensión , en los circuitos internacionales de bienes , servicios y capitales .
Como resultado , de acuerdo con datos del Banco Mundial , las transacciones de bienes y servicios de España han pasado de representar el 15,3 % del PIB en 1960 a alcanzar el 68 % en el año 2021 , un avance de más de 50 puntos porcentuales . Adicionalmente , según la Organización Mundial del Comercio , España ocupaba en 2021 la posición número 19 en la clasificación de mayores exportadores mundiales de bienes , y la 15 ª en materia de servicios .
Desde el punto de vista inversor , las compañías españolas mantienen un stock de inversiones en el exterior equivalentes a casi el 50 % del PIB nacional , cuando en 1995 no alcanzaba el 6 %. Además , el stock de inversión extranjera directa tanto emitida como , especialmente , recibida por la economía española es superior al peso del país en términos de PIB en el conjunto de la OCDE . Fiel reflejo de la marcada vocación inversora en el exterior de España durante las últimas décadas .
No obstante , a pesar de los avances reseñados , se identifican algunas asignaturas pendientes y desafíos para seguir afrontando con éxito el reto de la internacionalización . En particular , es preciso aumentar la base exportadora , especialmente la regular ; incrementar la supervivencia en la exportación ( 2 de cada 3 empresas que empiezan a exportar abandonan un año después ); reducir la excesiva concentración del volumen exportado en un número reducido de empresas ; diversificar geográficamente los flujos de exportación
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