Problemas educativos en México: una mirada desde los estudiantes | Page 6

Trayectorias profesionales: Transiciones hacia la conformación de la identidad profesional a partir del referente laboral. El caso de pedagogos egresados de la Universidad Pedagógica Nacional en 2008.

n México, el mercado de trabajo no

se encuentra muy bien delimitado

para muchas profesiones ya que algunos espacios y actividades laborales son ocupados por profesionistas de múltiples disciplinas. Este problema no es nuevo y ha caracterizado la dinámica del mercado laboral desde hace mucho tiempo, en el caso específico de este trabajo, para la Pedagogía y sus profesionales.

Según De la Garza y Gaspar (2009), en el primer trimestre de 2009, Pedagogía se encontraba entre las carreras con mayor número de ocupados laboralmente con aproximadamente doscientas tres mil personas, de las cuales el 81.41 por ciento se encontraban trabajando en espacios y actividades estrechamente relacionadas con lo que estudiaron. Sin embargo, los autores colocan en la misma posición a las carreras relacionadas con las Ciencias de la Educación, por lo que los espacios laborales destinados a estas carreras son ocupados por profesionales de una u otra profesión.

Respecto de los espacios en los que es posible que el pedagogo se inserte, podemos mencionar en términos muy generales a instituciones públicas y privadas, instituciones no escolares como empresas, organizaciones sociales, despachos particulares y en todos aquellos espacios en que se desarrollen acciones formativas, de investigación, asesoría, formación de recursos humanos, administración y planeación, entre otros. Valenzuela y Ruíz (2011), ofrecen una recopilación de aproximadamente 130 ofertas laborales, algunas dirigidas específicamente a los pedagogos y otras, que no siendo destinadas ex profeso para estos profesionales, aparecen enmarcadas bajo la denominación de carreras afines. Dichas ofertas fueron extraídas de sitios de internet, tales como plataformas, páginas creadas para la oferta laboral, bolsas de trabajo, portales, etc.; y analizadas, sistematizadas y organizadas en 6 bloques, con la intención de proporcionar una visión general de los puestos que se ofrecen a los pedagogos en cada ámbito.

Los ámbitos analizados son los siguientes:

• el ámbito educativo (con predominio en la docencia a nivel básico, seguido por el nivel universitario, el nivel medio superior y la enseñanza no formal).

• el ámbito de diseño de materiales, elaboración de proyectos y comunicación.

• el ámbito empresarial en el que predomina la intervención del pedagogo en departamentos de recursos humanos.

• el ámbito social, realizando actividades como la intervención psico-socio-educativa con menores y familias.

• el ámbito clínico-sanitario.

• el ámbito terapéutico con actividades como estimulación temprana, estimulación multisensorial, terapias, etcétera.

Los estudios anteriores y otros que analizan también los espacios laborales en los que es posible ubicar a los pedagogos, dan cuenta de la complejidad y la indeterminación con la que se mueve el mercado de trabajo para estos y otros profesionales relacionados con el ámbito educativo.

Es probable que la cantidad y diversidad de espacios de trabajo que ocupan los pedagogos, así como las actividades que desempeñan en ellos los sitúen en constantes tensiones por definir sus ámbitos de competencia laboral, lo es más cuando deben hacerlo frente a otros profesionales (psicólogos, sociólogos, administradores, etc.) que ocupan puestos y desempeñan actividades similares. Estos últimos y sus disciplinas colocan a la Pedagogía como campo de conocimiento y a los pedagogos como profesionales de la educación en una seria dificultad al hablar de los espacios de trabajo y actividades que les competen dentro del mercado laboral.

Las prácticas y quehaceres profesionales dentro del ámbito de la educación suelen ser igualados indiscriminadamente para uno u otro profesional, de tal manera que para los empleadores una u otra actividad y/o puesto bien los puede desempeñar un pedagogo, un licenciado en ciencias de la educación, un sociólogo de la educación, un psicólogo u otros, trayendo como consecuencia que la mayoría de los egresados se ven orillados a desempeñar actividades en el mercado laboral que no son específicamente de su competencia, mientras que las que sí pudieran serlo, son ofertadas también a otros profesionales, fenómeno que ha ocasionado una crisis en la identidad profesional del pedagogo.

El quehacer profesional de los pedagogos se puede abordar partiendo de la identificación y delimitación del campo laboral y las prácticas para las que este profesional de la educación se ha venido formando; en este sentido, se puede suponer, a manera de hipótesis, que existe una diferencia entre las disciplinas que abordan la problemática educativa, las formas específicas en que cada una de ellas la analiza y la manera en la que aporta al campo, sin embargo, esta diferencia no siempre parece estar clara a la hora de acercarnos al mercado de trabajo (De la Garza y Gaspar, 2009; Valenzuela y Ruiz, 2011).

Considero que después de las Instituciones de Educación Superior en las que se forman los licenciados en Pedagogía y en donde se apropian de un cúmulo de conocimientos disciplinares específicos, son los espacios y actividades de trabajo los lugares, en los que no sólo se articulan dichos conocimientos, sino que se llevan a la práctica y en los que estos profesionales pueden continuar conociéndose y reconociéndose como pedagogos

Lo anterior, obliga a preguntarse si el hecho de que los pedagogos desempeñen un conjunto de prácticas profesionales que se enmarcan dentro un perfil profesional particular nos permite hablar apropiadamente de la aproximación a la conformación de una identidad (pálidamente) definida y del reconocimiento social de ésta.

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Itzel A. Venegas Torres

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