Problemas educativos en México: una mirada desde los estudiantes | Page 23

nar a los medios tecnológicos (Dussel, 2012) como herramientas culturales de las cuales hacen uso; para dar cuenta de que —incluso sin sistemas escritos propios— ellos se comunican eficientemente a través de correo electrónico (Massone, Buscaglia, & Bogado, 2005), mensajes de texto vía celular y aplicaciones digitales como Facebook y WhatsApp. A partir de sus herramientas conceptuales y lingüísticas logran compartir y poner ideas en común entre ellos.

El hecho de que en la educación formal de los sordos no se legitimen sus textos como auténticos no significa que en sus comunidades no haya una necesidad comunicativa satisfecha con sus prácticas de escritura y que éstas no gocen de cierta autorización colectiva; por esta razón, las escrituras sordas deberían ser reconocidas como producciones generadas en comunidades lingüísticas específicas. En esta óptica, habría que matizar el supuesto carácter ágrafo de las lenguas de señas, pues el fondo empírico de diversas investigaciones (Melgar, Pichardo, Álvarez, Ordónez, & Moctezuma, 2010) evidencia que los sordos escriben de manera auténtica, con fines comunicativos y regularidades que parecen dar cuenta de la combinatoria de su lengua.

Se sabe que las estructuras lingüísticas de las lenguas señadas y escritas son distintas; por ello, al igual que Domínguez y Alonso (2004) se apunta a la necesidad de que los sordos sean conscientes de tales diferencias desde los inicios de su trayectoria escolar. Que en la educación de esta población se reconozca el valor cultural de las escrituras sordas posibilita que sus docentes puedan recuperarlas como insumos de reflexión lingüística que permitan a los alumnos visibilizar y concientizar sobre las correspondencias y faltas de correspondencia entre la escritura de su lengua (señada) y la de una segunda (oral).

La principal debilidad de los argumentos que se contraponen la idea anterior es que tienden a naturalizar la hegemonía de las lenguas orales y escritas sobre cualquier otro tipo de sistema semiótico y, asumen que otras formas de representación del mundo (como las lenguas de señas) son menos válidas para la educación, la comunicación y la generación de saberes e identidad en grupos humanos.

Esta es una cuestión que de fondo discute las posibles relaciones entre pensamiento y lenguaje (Vigotsky, 1986), pues ni la palabra oral o escrita aluden a la representación de la realidad de la misma forma que una seña performada. La problemática a continuar indagando tiene que ver con formas de representar y organizar pensamientos a través de diversos lenguajes; es una discusión que —además de vincularse con asuntos de empoderamiento de grupos vulnerados— protesta contra lo normativo de lo oral y escrito como sistemas hegemónicos de representación e invita a reflexionar que el mundo puede ser (y es) representado en complejos conjuntos de sistemas semióticos que aún estamos en camino de comprender.

Referencias bibliográficas

Domínguez Gutiérrez, A. B., & Alonso Baixeras, P. (2004). Aprendizaje del lenguaje escrito. En A. B. Domínguez Gutiérrez, & P. Alonso Baixeras, La educación de los alumnos sordos hoy (págs. 93 - 120). Málaga: Aljibe.

Dussel, I. (2012). Más alla del mito de los nativos digitales. Jóvenes, escuela y saberes en la cultura digital. En M. Southwell, Entre generaciones: exploraciones sobre educación, cultura e instituciones (págs. 183 - 213). Rosario: Homo Sapiens Editores; FLACSO, área educación Argnetina.

Fridman, B. (2009). De sordos hablantes, semilingües y señantes. Obtenido de http://www.culturasorda.eu/resources/Fridman_Boris_Sordos_hablantes_semilingues_senantes_2009.pdf

Furth. (1981). Pensamiento sin lenguaje. Implicaciones psicológicas de la sordera,. Madrid: Ediciones Morova.

Macchi, M., & Veinberg, S. (2005). Estrategias de prealfabetización para niños sordos. Buenos Aires: Centro de Publicaciones Educativas y Material Didáctico.

Massone, M. I., Buscaglia, V. L., & Bogado, A. (2005). Los Sordos aprenden a escribir sobre la marcha. Lectura y vida, 6 - 17.

McDermott, R. P. (1996). La adquisición de un niño por una discapacidad de aprendizaje. En S. Chaiklin, & J. Lave, Estudiar las prçacticas. Perspectivas sobre actividad y contexto (págs. 291 - 330). Buenos Aires: Amorrortu.

Melgar, J. F. (2009). ¿Qué funciona en la enseñanza de la lecto-escritura del sordo? Reflexiones sobre la educación del sordo. Taller Señas Escribir, 1 - 5.

Melgar, J. F., Pichardo, L., Álvarez, G., Ordónez, E., & Moctezuma, M. M. (2010). Escritura sorda: Los mitos tras la seña y las reglas para romper la frontera silenciosa. 1 - 36.

Obregón, M. (2011). Una experiencia de construcción de un modelo bilingüe de enseñanza para niños sordos en la Ciudad de México. 1 - 9.

Oviedo, A. (2006). Los Sordos y la Convención Internacional para la Protección de las Personas Discapacitadas. http://www.cultura.sorda.eu, 1 - 8.

SEGOB. (2011). Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad. México: Secretaría de Gobernación.

Skliar, C. (2007). ¿Y si el otro no estuviera ahí?: notas para una pedagogía (improbable) de la diferencia. Buenos Aires: Miño y Dávila.

Vigotsky, L. S. (1986). Pensamiento y lenguaje. Barcelona: Paidós.

23