DANIELE DE ROSSI:
EL ÚLTIMO
ESLABÓN DE
LA PASIÓN
El italiano militó durante 18 temporadas en
la Roma rechazando a clubes como Real
Madrid y Manchester United, solo por amor
a su camiseta. Hoy, con 36 años y luego que
el club de toda su vida anunciara que no le
renovaría, se decidió por Boca Juniors, otro
cuadro lleno de mística. El “Tano” cruzó
el atlántico para obtener, quizás, su última
alegría: La Copa Libertadores.
POR PATRICIO ERLANDSEN
D
aniele De Rossi (24 de julio 1983, Roma) repre-
senta uno de los últimos símbolos de fidelidad
en el fútbol. El volante italiano refleja también
parte de los valores que hoy han ido desapare-
ciendo ante un mercado cada vez más abrumador, capaz de
levantar tempranamente a un joven talentoso para conver-
tirlo en más que un futbolista, un rockstar.
De Rossi juega en 2019, pero no es un futbolista represen-
tante de los tiempos modernos. No le gusta el nuevo rol de
los jugadores, muchas veces, más pendientes de las redes
sociales que de deleitar al público con entrega, talento y
goles, algo que durante 18 temporadas consecutivas supo
hacer defendiendo la camiseta de la Roma, donde se con-
virtió en más que un ídolo. Fue un pulmón de la escuadra
capitalina.
Con 616 encuentros es el segundo jugador que más veces
vistió esa camiseta, hasta que el año pasado, en medio de
las protestas de los apasionados hinchas del cuadro donde
alguna vez también brilló el chileno David Pizarro, el club
de toda su vida decidió no renovarle el contrato. Fue en