Portaligas #05 - Primavera 2018 | Page 50

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y su abuela.“ Lima tenía y tiene mucha pobreza, pero eso no impide que se pueda salir adelante. Quien se hizo cargo de mí fue mi abuela, porque mi madre trabajaba desde las ocho de la mañana hasta las nueve de la noche. Siempre trataba de salir en la tarde a la calle a jugar, rompíamos ventanas a veces y luego querían hablar con mi mamá; éramos chicos, queríamos jugar, teníamos sueños, lo demás no importaba”. Su tío, « Caíco », prácticamente ofició de segundo padre en sus primeros años de vida— el verdadero no vivía con ellos—. « Caíco » fue quien le insufló la pasión futbolera y el amor por la camiseta del Alianza de Lima. Hay un par de fotos en las que aparece Guerrero, con no más de dos años, luciendo la camiseta blanquiazul, al lado de su tío, en el pasto del Matute, como se le conoce al estadio aliancista. « Caíco” era ni más ni menos que José González Ganosa, arquero de Alianza, varias veces campeón con el equipo del barrio de La Victoria, y seleccionado nacional del Perú. Paolo se convirtió en la mascota del equipo de su tío y varias veces apareció en la foto de rigor, minutos antes de los partidos, vestido con la blanquiazul, junto al once titular de los Íntimos. Ese amor cruzado por el fútbol se cortó de manera abrupta. Cuando aún no cumplía los cuatro años, su querido tío murió en la tragedia aérea que costó la vida a la totalidad del plantel de Alianza de Lima, luego que el Fokker que los transportaba— tras haber enfrentado al Deportivo Pucallpa— cayera al mar. El 8 de noviembre de 1987, cuarenta y tres personas murieron; solo se salvó el piloto. De esa experiencia trágica, Guerrero no solo heredó el miedo a los aviones— odia volar—, también se arraigó en él con una fuerza incontenible la idea de convertirse en futbolista. Acostumbrado a la adversidad, no tuvo problemas en ir sorteando los escollos que se le fueron presentando, incluso la férrea disciplina de su madre que no veía con buenos ojos que Paolo se relajara en el estudio conforme los primeros logros futbolísticos fueron llegando. Para ella, lo primero era el estudio, pero para Paolo la ecuación era diferente. *** A Petronila González todo el Perú la conoce como Doña Peta. Dueña de un carácter muy particular, se ha convertido en un personaje mediático que un día puede ser portada de una revista de papel cuché y al otro ser invitada a un reality televisivo. Es la voz de Paolo Guerrero en Lima y quien, de un modo u otro, sigue manejando la vida de su hijo como cuando él era un niño. El propio Paolo lo reconoce sin pudor alguno.“ Mi mamá está pendiente de todo. Como no sé cocinar, me envió a Brasil una cocinera que se ocupa de lo que como y lo que no como. Hasta hace algunos años, ella me llamaba a la 1:30 de la mañana y me decía:‘¿ Qué estás haciendo? ¿ Dónde estás?
Ya es hora de que estés en tu casa’... con 26 años, imagínate. Pasado los 30 ya me liberó un poco, ya soy un hombre, tengo tres hijos”. Pero esa cercanía ha sido clave para que Paolo Guerrero se haya convertido en lo que actualmente es. Desde muy niño le inculcó la disciplina, la humildad, el espíritu de sacrificio y la determinación.“ Cuando yo quiero algo, lucho hasta conseguirlo. Y en este sentido, Paolo es igual”, dice Doña Peta. En esa lógica, las postergaciones poco importan.“ A partir de los 8 años( jugaba en Alianza Lima) me tuve que privar de muchas cosas(...) A todo le tuve que poner mucho sacrificio. A los 15 años mis compañeros salían a discotecas. Yo no podía permitirme hacer eso”. *** Con todo, Paolo Guerrero parecía condenado a convertirse en futbolista. Además de su tío « Caíco », el tremendo Héctor Chumpitaz fue primo de su madre, lo mismo que Oscar y Huaqui Gómez Sánchez, quienes jugaron en Boca y River, respectivamente. Carlos Mágico González y Luis Cruzado también son familiares de parte materna, mientras que por el lado paterno, son parientes Rubén Panadero Díaz y Julio César Uribe. Uno de los hermanos mayores de Paolo, Julio « Coyote » Ribera, fue un futbolista que brilló en Melgar, Sporting Cristal y Universitario( incluso fue convocado a la selección nacional). Su padre le puso Paolo como homenaje al gran delantero italiano Paolo Rossi, y aunque no vivió con él, se preocupaba de aconsejarlo cada vez que podía:“ Cuando Paolo terminaba de entrenar, yo lo llevaba a la playa para corregir ciertos errores que tenía. Le decía hay que cabecear bien como Valeriano López y parar la pelota como“ Perico” León y patear con los dos pies. Tiene que ser un futbolista completo y dominar los dos pies”. Y claro, le hizo caso.“ De chico, el Cholo Castillo— ex jugador de Alianza y entrenador de las divisiones menores del club del barrio de La Victoria— le daba plata a Paolo por cada gol, hasta que un día, en un partido muy importante, le ofreció 20 soles por cada uno y Paolo hizo ocho. Desde ese día decidió que no era un buen negocio”, recuerda Doña Peta. Basta ver cualquier compendio de goles para advertir la variedad de recursos que Paolo Guerrero tiene para definir: por arriba, siempre gana de cabeza; en los tiros libres ya tiene un doctorado; si entra al área perfilado para la derecha, cierra con un remate cruzado; cuando no, la pelea, persiste y porfía, hasta meterla en el arco; a veces hasta se da el lujo de colar un zurdazo para salir festejando. A la herencia familiar, sumó los consejos de un crack de talla mundial: el alemán Gerd Müller. Cuando partió al Bayern xxx xxx xx x x xx xx
1991 2001
Con siete años, se une a las divisiones inferiores del Alianza Lima.
Es subido al primer equipo del elenco“ íntimo”, pero no logra debutar.
2002 2004 2004 Debuta
Ante Chile anota profesionalmente en su primer gol el elenco“ Bávaro”, en la Selección ante el Hansa
Peruana. Rostock.
Es anunciado como refuerzo del equipo de proyección del Bayern Münich.
2005 2006
Gana su primera Bundesliga, con la camiseta del Bayern.
Parte al Hamburgo, donde al año siguiente logra el título de la Copa Intertoto.
2007 Anota su primer gol en Copa América, torneo del cual es su máximo artillero vigente con 11 conquistas.