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> PERFIL PRO
“Entonces yo tenía dieciséis años. A pesar del tiempo que ha
pasado, sigo recordando la grandeza de sir Alex. Yo era un
proyecto muy verde, él seguro que tenía miles como yo y se
tomó la molestia de cenar con nosotros. Es el otro lado de
sir Alex que pude conocer… que tuve la suerte de conocer”,
recuerda Piqué.
Para un muchacho como él, llegar a un club con el pedigrí
del Manchester United —en ese entonces sumaba 15 títulos
de liga y dos Champions League, entre otros trofeos— era
un sueño. En su primera temporada jugó solo siete partidos,
tras lo cual fue cedido a préstamo por un año al Zaragoza.
Regresó al equipo que dirigía Ferguson para ganar la Premier
League y la Champions. Incluso se dio el lujo de sustituir, por
lesión, a la gran figura del club, Rio Ferdinand. Ferdinand
—quien el año pasado afirmó en su Twitter que Piqué era el
mejor central del mundo— había llegado a los Diablos Rojos
luego que el club pagara 29 millones de libras esterlinas (33
millones de euros) al Leeds United. Era una mega-estrella y,
sin embargo, cuando Piqué ocupó su lugar, su ausencia pasó
inadvertida. Con apenas 20 años, el catalán demostraba que
estaba para grandes cosas. Con todo, a principios de 2008,
Piqué tenía claro que su destino no estaba ahí; quería volver
a España y así se lo hizo saber a Ferguson.
“Piqué era un gran jugador y cuando nos comunicó que que-
ría volver a España todos quedamos profundamente decep-
cionados. Nos habíamos ilusionado con él. Era un pasador
excepcional del balón, tenía una gran personalidad y una
mentalidad ganadora pocas veces vista”, recordó en su mo-
mento el ex técnico del Manchester United.
DE LA MANO DE GUARDIOLA
Hay momentos que son cruciales en la vida de cualquiera.
Para Piqué el encuentro con Pep Guardiola significó un an-
tes y un después en su carrera futbolística. El mismo lo ha
reconocido en múltiples entrevistas: “Para mí es el número
uno. Durante los cuatro años que nos dirigió aprendí muchí-
simo, sobre todo a entender el fútbol de otra manera. Los
entrenadores te indican si tienes que hacer una cosa o la
otra, si tienes que bascular o debes colocarte aquí o allá. Pep
te explicaba por qué lo tenías que hacer, el motivo. Pep me
ayudó a entender más este deporte. Es algo que no puedo
olvidar. Es el mejor”.
Y cómo no si durante el tiempo que estuvo al mando del
Barcelona —de julio de 2008 a junio de 2012—, Guardiola
convirtió al equipo culé en el mejor del mundo, en la ex-
presión más refinada y efectiva, desde el punto de vista es-
tético, del juego. Junto a esto —que no es poco—, sumó 14
títulos entre ligas, copas del Rey, supercopas de España y de
la UEFA, la Copa Mundial de Clubes y la Champions (todos, a
lo menos dos veces).
En esa primera temporada, la simbiosis entre Guardiola y sus
jugadores no se hizo esperar. Al punto que hicieron suyos
los seis torneos que disputaron. Como si no bastara con eso,
inscribieron en la historia una victoria de la que hasta el día
de hoy se habla: derrotaron a domicilio al Real Madrid por
6-2. El sexto tanto de esa jornada memorable fue de Gerard
Piqué.
Piqué creció mucho en el contacto con Guardiola. Fue una
evolución casi instantánea, acompañada de una serie de hi-
tos. Si el año anterior había sido campeón de la Champions
vistiendo la camiseta del Manchester United, un año des-
pués celebraba con la camiseta blaugrana.
Además, en esa temporada debutó por la selección. Del
Bosque lo convocó para un amistoso con Inglaterra en fe-
brero de 2009. Y poco más de un mes después, se estrenaba
oficialmente en un partido válido por las clasificatorias a
Sudáfrica 2010. En el Santiago Bernabéu —ni más ni me-
nos—, Piqué formó parte del once titular que enfrentó a
Turquía. Era un partido clave. Y tras los primeros 45 minutos,
España parecía enfrentado a un puzle sin solución, porque
los turcos se cerraban como ostras y no dejaban que sus ri-
vales articularan su juego. Sobre los 60 minutos, Piqué cogió
un rebote y la metió dentro, haciendo estallar de alegría a
toda España. Esa tarde, el país de los toros allanaba su cami-
no a la Copa del Mundo gracias a ese solitario gol de Piqué,
el catalán.
EL MUNDIAL Y LA EUROCOPA
España había llegado con ilusiones a la Copa del Mundo de
Sudáfrica. De los diez partidos disputados en las clasifica-
torias, había vencido en los diez. El plantel quería echar por
tierra esa idea que se había colado a lo largo de los años de
que España nunca sería campeón del mundo. Pero la convic-
ción que los unía se resintió luego de que en el debut caye-
ran por la cuenta mínima ante Suiza. Con todo, la esperanza
se enrieló nuevamente tras salvar la primera ronda —ganan-
do a Chile por 2-1 en el último partido de fase—. A partir de
ahí, los españoles demostraron una solvencia defensiva a
toda prueba. Con un Piqué jugando a gran nivel, repitieron la
fórmula del 1-0, incluso en la final contra Holanda.
En esa Copa del Mundo Piqué tuvo un solo yerro, que pudo
costarle caro a España. Por los cuartos de final enfrentaron
a Paraguay. Era un partido muy cerrado, tanto así que igua-
laron sin goles el primer tiempo, sin que los españoles pu-
dieran atravesar el cerco defensivo de los guaraníes. Cuando
ya se jugaban los 57 minutos, Piqué cometió una falta penal
sobre Cardoso —lo tomó del brazo, tras un córner—, que puso
en riesgo la supervivencia de España en el mundial: “Se me
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Una carrera plagada de títulos.
1997
Con 10 años
se integró a
las divisiones
menores del
Barcelona.
2004
Debutó en el profesionalismo
junto al Manchester United,
obteniendo su primera victoria
por 3-0 frente al Crewe
Alexandra.
2006
tantos ha marcado
junto a su Selección.
2007
2007
Fue cedido al
Vuelve a Manchester
Consigue junto
Zaragoza, donde United, año en que marcó al Manchester
disputó 22 partidos su primer gol por Liga United la Premier
de liga con el cuadro de Campeones frente al y la Champions
español.
Dínamo de Kiev.
League.