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> PERFIL PRO
GERARD PIQUÉ
EL CATALÁN EN
EL LABERINTO
El zaguero central del Barcelona y de la selección de España ha estado en las últimas semanas
en el ojo del huracán, al punto que no son pocos los que han pedido su salida del representativo
hispano. Su apoyo al referéndum que proclamó la independencia de Cataluña impone, a sus
30 años, un conflicto mayor en su carrera futbolística.
POR MARCELO SIMONETTI
C
uando niño, Gerard Piqué se entretenía en los
pasillos del supermercado de su natal Barcelona
dominando con sus pies las naranjas que toma-
ba prestadas del vagón de las frutas. Podía estar
jugando con ellas largos minutos sin que cayeran al suelo.
Aunque tenía talento de sobra, no podía imaginar entonces
aquello en lo que habría de convertirse con el correr de los
años y que, al llegar a los 30, prácticamente no le quedaría
título alguno por conquistar en el fútbol, ya fuera con la ca-
miseta del Barça o con la de la selección española.
Tampoco podía prever que, con el tiempo, él iba a estar en el
ojo mismo del huracán que han levantado los movimientos
independentistas en Cataluña. Claro, porque Piqué no se ha
callado nada y manifestó su apoyo al referéndum que reali-
zaron los catalanes con el fin de proclamar la independencia
de Cataluña, lo que ha despertado la antipatía de buena par-
te del pueblo español que ven en ese apoyo una suerte de
traición, sobre todo viniendo de uno de los referentes de la
selección de España.
Pero antes de llegar a estos turbulentos días, Piqué recorrió
un camino largo que lo llevó incluso a debutar en el fútbol
inglés, un detalle que quizá muchos hayan olvidado (es tan-
ta la identificación que tiene con el Barcelona que pareciera
que no ha vestido otra camiseta).
Hijo de una familia acomodada —su padre, Joan Piqué, es
abogado; su madre, Monserrat Bernabéu, es jefa de la
Unidad de Daño Cerebral del Hospital Insituto Guttman—,
el pequeño Gerard vivió ligado al fútbol desde muy niño.
Apenas nació, su abuelo, Amador Bernabéu —quien era vice-
presidente del Barcelona—, lo pasó por los registros del club
y, una vez que pudo, lo llevó consigo al estadio. Por lo mismo,
no fue extraño que sus talentos se desarrollaran y que a los
diez años ingresara a las divisiones inferiores del club culé.
Pero aun así, el chico no era capaz de avizorar el futuro al
que estaba destinado: “Yo vivía lo que me tocaba. No soñaba
con llegar al primer equipo, ni siquiera al fútbol profesional.
Veía a tantos que se quedaban estancados, que no subían,
que no quería hacerme ilusiones”.
En esos días, Piqué oficiaba de delantero y aunque ya enton-
ces los técnicos comenzaron a ubicarlo en zonas más defensi-
vas nunca podrían borrar del todo ese ADN goleador que lleva
en su sangre. De hecho, vistiendo la camiseta del Barcelona
ha marcado 35 goles. Sobra decir que con 13 o 14 años, ya la
embocaba con cierta facilidad en el arco contrario.
Sin embargo, el camino que hizo en las inferiores del club
blaugrana no lo llevó a debutar con la camiseta de los cata-
lanes. Ni siquiera a estrenarse profesionalmente en canchas
españolas. Luego de haber destacado en las selecciones
menores de España, los veedores del Manchester United
pusieron sus ojos en él y fue el propio sir Alex Ferguson —
el histórico entrenador de los Diablos Rojos— quien debió
cenar con los padres de Piqué y con el propio Piqué para
convencerlos de la idea de que Gerard debía firmar en el
Manchester United.