HISTORIA DE LIGA <
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an pasado 31 años y la pasión sigue intacta. Las
ganas de formar parte del equipo cada domingo
de liga es inquebrantable. Y si hay algún jugador
que parece estar distraído o no tan pendiente,
siempre hay alguien que lo llama a terreno. Por lo general,
el encargado de esa misión es Rodrigo Bastías, verdadero
símbolo de GJ Old Boys y fundador del equipo que acaba de
obtener el título del Apertura de la Liga Británica.
Hablar de Rodrigo Bastías, es hablar también de la histo-
ria de este elenco formado en 1986 como homenaje a
Guillermo Jaedecke, integrante de la generación 1985 del
Grange School, quien falleció en un trágico atropello. Ese
duro golpe sirvió para que sus amigos, todos futboleros, de-
cidieran formar un equipo en su honor. Y desde ahí, el único
compromiso para ser parte de este elenco, además de haber
estudiado en el colegio, es privilegiar el compañerismo por
sobre cualquier otro aspecto.
Los mismos jugadores de GJ se encargan de señalar que no
son el equipo mejor dotado, que no cuentan con jugadores
hábiles, pero que eso no importa. Por supuesto que ganar
sí está en la mente de todos y los títulos del 2013 y 2017
hablan de ello. Por más unión y compañerismo que exista,
la competencia también debe ser fuerte. ¿Qué otro motivo
más podría haber para jugar fútbol si no es conseguir la
gloria?
Los actuales campeones del Apertura de la Liga Británica de
Fútbol que se disputa en Chicuero tienen una rica historia.
John Gray, el actual capitán cuenta que “el equipo se fundó
el año 1986 y fue el segundo perteneciente al club Old Boys
que entraba en competencia. El primer nombre que tuvo fue
Old Boys Negros, esto debido al accidente en que falleció
Guillermo Jaedecke. Justo coincidió que ese año comenzó la
Liga, con equipos de exalumnos de colegios británicos”.
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UNA PASIÓN QUE TRASPASA GENERACIONES
De los fundadores del equipo, el último que jugó, hasta el
año pasado, era Rodrigo Bastías. Hoy, la escuadra está com-
puesta por mucha gente joven que incluso aún está en el
colegio y otros avezados, que con el paso de los años se han
ido transformado en ídolos.
“Desde 1986 fue pasando la batuta a otras generaciones y
el equipo no murió, lo que ha sido un gran logro, después de
todo este tiempo. Finalmente, se fue forjando una amistad
que perduró en los años”, comenta Gray.
El propio capitán da la receta para trascender en el tiempo.
“La clave para que el equipo se mantenga tiene nombre y
apellido: Rodrigo Bastías, que es el ídolo que tenemos. Hoy
tiene 50 años y nos sigue acompañando todos los domingos.
Incluso, hasta hace una temporada atrás jugaba los últimos
cinco o diez minutos. Ha sido fundamental, porque hay un
proceso natural en que los jugadores se van poniendo más
viejos, llega la familia y hay otras prioridades”.
Pero también hay otras estrategias para ir integrando nuevos
nombres cuando los años u otras motivaciones hacen que el
equipo quede de lado. Desde hace un tiempo, se organizan
grupos de jugadores de GJ que van a ver los partidos del
primer equipo del Grange. Es ahí donde se eligen a aquellos
que pueden aportar. Por supuesto, para esos jóvenes de 16
0 17 años, ser reclutados por algunos de los jugadores que
antes eran estrellas en el colegio, es motivo de orgullo. La
negativa es imposible. “El Colegio es nuestra cantera”, seña-
lan los más avezados.
UN DOMINGO CUALQUIERA CON GJ
Lleg ar a las canchas de Chicureo y no distinguir la camiseta
blanca de GJ es una herejía. Se trata de uno de los equipos
que mayor tradición de la Liga Británica, todos saben quién