44 > HISTORIA DE LIGA
LIGA LA REINA
UNA MONARQUÍA REBELDE
En casa del periodista Milton Millas, un grupo de jóvenes disconformes se reunió para crear lo que hoy es una de las ligas más tradicionales de Santiago, que en la actualidad, por medio del trabajo y una buena administración sigue creciendo.
POR MAXIMILIANO CÁRDENAS V.
E ra 14 de diciembre de 1971, la tarde se hacía presente en la capital y una veintena de jóvenes se reunía en una casa ubicada en calle Bello Horizonte, Las Condes, cerca de la intercepción de Colón con Manquehue. Poco a poco fueron llegando: Primero eran dos, después cuatro, ocho, diez hasta llegar a la segunda decena. El anfitrión no podía creer lo potente que fue ese simple“ por favor, vamos para mi casa”. Todos estos recuerdos se esconden detrás de un micrófono y una voz inconfundible, la que todos los chilenos hemos escuchado por varios años en Radio Agricultura, uno de los medios líderes en sintonía deportiva, y en distintas transmisiones televisivas. Milton Millas puede decir orgullosamente que fue el gestor de aquella reunión que decidió la fundación de la Liga La Reina. Pocos saben del vínculo que posee el periodista deportivo con esta liga del fútbol amateur. A los 18 años, el relator defendió los colores de su querido Jaguares, equipo que salió de la costilla del plantel de La Cañada, ambos participantes, en ese tiempo, de la Liga Los Guindos, la que se jugaba en varias canchas de la comuna de La Reina. Estos momentos no quedan en el tintero del olvido para el director de Deportes en Agricultura, ya que jugar cada domingo le cambiaba la vida, si marcaba algún gol el fin de semana, las piernas moreteadas eran simples golpes de guerra, un símbolo del rigor futbolero que existía en esos tiempos.“ Fueron los momentos más lindo de mi vida, ahora soy feliz, pero fui más feliz en esta época que en el periodismo, que también me apasiona”, expresa.“ Si me tengo que asemejar a alguien, diría que era como un Carlos Campos o Martín Palermo”, cuenta Millas, quien, a su vez, confiesa entre risas que“ era un‘ 9’. Eso sí era malo, pero goleador. No jugaba bien con los pies, pero tenía cabezazo y era rápido. Dentro de todas mis limitaciones hacía goles”.
EL GOLPE DE LOS JÓVENES IMPULSIVOS Con un balón en los pies, todos los jóvenes que se juntaban en las canchas de San Roque, el Estadio de La Reina, el Estadio del Colegio San Ignacio, el Estadio Israelita y el Estadio Italiano eran felices, pero había una pequeña grieta en la extinta Liga Los Guindos: los problemas dirigenciales. A los jugadores no les gustaba que hubiese un desorden en los balances que presentaban los encargados de esta asociación y la gota que rebalso el vaso fue el mismo 14 de diciembre, horas antes de la reunión en la casa de Milton Millas.“ Todo fue vergonzoso. Le pedimos cuentas al presidente y nos contestó‘ todas las cuentas están‘ ras ras’’. Eso nos molestó, nos paramos y nos fuimos. En verdad, estábamos conscientes de que habría un‘ golpe de estado’”, detalla el periodista deportivo. Tras este episodio, la gente de distintos equipos fue llegando a su hogar. La decisión fue prácticamente unánime,