Portaligas #01 - Primavera 2016 | Seite 43

REPORTAJE < 43 guiada por los conceptos de la amistad y fútbol, los que se ha ido transfiriendo de generación en generación. Así lo remarca Carlos Rodríguez, gerente general de la liga, quien señala que“ si tu te fijas, los partidos que se juegan son de buen nivel futbolístico y claro, también hay roces, pero termina el partido y todos se saludan, abrazan y hay varios que se van conversando y riendo con el rival, porque acá privilegiamos eso: el fútbol y la amistad”, dice orgulloso mientras se juega un partido de la serie senior.
Coincide con esa apreciación Gonzalo Moreno, volante y uno de los puntales del club Flamencos, que destaca el fuerte lazo que existe entre compañeros.“ El club es como mi familia, acá somos todos unidos, hasta salimos juntos. Para mi es un orgullo ser parte de este equipo, que ya es uno de los más tradicionales de esta liga. Acá nos caracterizamos por trascender de la cancha, nos juntamos en familia y somos el reflejo de los valores de la liga”.
HATTRICK
En sus 75 años de vida, la Liga Amigos del Fútbol tiene tantas historias como personas que han jugado, pero hay una muy particular: la de la familia Cabrera y el club Flamencos.
La dinastía Cabrera se inició casi junto con el inicio de la liga, cuando nace Jaime, hoy de 67 años.“ Tengo prácticamente una vida en estas canchas”, cuenta orgulloso el jugador de la serie diamante, que tiene anécdotas para regalar en su paso por la LAF.
La descendencia liguera de Jaime llegó en 1979, con el nacimiento de Rodrigo. El segundo de los Cabrera hoy tiene 37, quien
se sumó desde pequeño a la LAF, por lo que destaca el fuerte vínculo que ha cultivado con sus pares en Flamencos y también el orgullo de haber contribuido a preservar la historia familiar, a través de Tomás, su hijo de 15 años, que representa a la tercera generación de la familia Cabrera en la liga.
Jaime se dedica al estudio contable que formó con su hijo Rodrigo, por lo que además de compañeros de pasión son compañeros de equipo, algo que no todos pueden contar.“ Imagínate el orgullo que tengo, en la semana trabajo con mi hijo y el fin de semana nos vamos con él y mi nieto a la cancha. Es algo impagable”, relata el jugador, que también posee algunas acciones de la LAF.
En los años que Jaime lleva jugando ha podido apreciar la evolución de la liga.“ Recuerdo cuando el camino de acceso era de tierra, costaba un mundo llegar. Ahora pasan micros por afuera, está pavimentado. Las cachas están preciosas, todas con pasto”, relata.
Por su parte, Rodrigo, su hijo, se emociona al reconocer que“ es entretenido lo que vivimos todos los fines de semana. Yo incluso he jugado con mi hijo, son experiencias que nunca olvidarás”, cuenta mientras está en la oficina trabajando junto a su padre.
En cuanto a cambios, Rodrigo resalta el estado de las canchas y su buena mantención.“ Realmente vale la pena venir a jugar, es un agrado”. Nostálgico, recuerda que“ antes el casino estaba al frente de la cancha uno, donde se programan los partidos más importantes, lo que permitía jugar y quedarse a ver el partido de la fecha. En cambio ahora el casino está un poco más abajo.