Portaligas #01 - Primavera 2016 | Page 40

40 > PERFIL PRO parecían colegiales. Los mejores futbolistas del mundo agachaban la cabeza. Yo eso no lo entendía. Era ridículo”. Claro, para alguien que era capaz de huir de los controles policiales acelerando su Ferrari hasta los 320 kilómetros por hora, el Barcelona era un club con demasiadas reglas. Aun a sí brilló con intensidad en los primeros meses. Pero la relación con Guardiola se fue enfriando. Primero le advirtió que a los entrenamientos no se iba con Ferraris ni Porsches, porque a ellos les gustaba tener los pies en la tierra. Luego, cuando Messi le pidió cambiar el orden táctico para jugar al centro, Guardiola no tuvo problema en mover a Zlatan de su posición natural para dar en el gusto al argentino. Más tarde dejó de hablar con él e incluso lo mandaba al banquillo. Un día, después de que Guardiola lo hiciera entrar los últimos cinco minutos de un partido, Zlatan no aguantó más y lo encaró: “No tienes huevos. Te cagas delante de Mourinho. ¡Vete a la mierda!”. Tras el incidente, su historia en el Barcelona tenía sus días contados. Pero fue para bien, porque una vez que regresó a Italia volvió a ser el mismo de siempre. Estuvo dos temporadas en el AC Milan, fue campeón el primer año y en el segundo se hizo del título de máximo artillero con 28 goles —en 2009 también había sido capocannoniere con el Inter, tras anotar 25 tantos—, además de obtener el subcampeonato. Tras eso vinieron los capítulos pródigos en títulos con el Paris Saint Germain, club que pagó el precio más alto de la historia del fútbol por la transferencia de un jugador: 170 millones de euros. A los 34 años, Zlatan parece estar lejos de jubilarse. Su olfato goleador se mantiene intacto, jugando con la cabeza, con el taco e incluso con la suela de los botines. Y aun cuando el inicio del Manchester United en la Premier League no ha sido el óptimo, con Ibrahimovic en la cancha no hay destino que no se pueda torcer. Si yo fuera del City tendría cautela, sobre todo pensando que fue Guardiola quien lo hizo enfurecer en su paso por el Barcelona. “Siempre estoy planeando mi venganza. Lo llevo dentro. Es lo que me motiva”, ha dicho el Dios de Manchester. Quizá sienta que es la hora de pasar la factura.