bondad de las personas, que se forma para
enseñar a los demás a conseguir sus
potencialidades y contrarrestar sus
debilidades, que sigue aprendiendo cada
día desde la humildad de saber mucho y
otras veces no saber nada. Me entusiasma
ese saludo que te reconoce al pasar los
años en la calle, te busca en las redes
sociales o simplemente poder ver a un
estudiante convertido en un hombre o
mujer de bien.
Me motiva saber o no saber, pero
confiar en que un estudiante mío…¡se
salvó!
Que no murió en las drogas del
barrio, que no perdió su talento deportivo
en la delincuencia, que no o mataron en el
funeral de un vecino, que no la mató el
novio y dejó a tres hijos, que no lo
mataron para robarle su carro, que no lo
asesinaron porque entró en la Academia
Militar, que no lo mataron porque no
entregó los kilos de carne de había
comprado, que no lo mató el novio de la
hermana por venganza, que no lo mató su
hermano de 15 años por accidente a sus
12 años, que no murió el día que ingresó a
la cárcel por robarse una harina en el
abasto, que no la violaron en el estadio y
todos escucharon., que no murió al
practicarse un aborto (son mis historias
reales, de compañeros del liceo reales
hasta los 15 años).
El área de la investigación debe
estar presente en la vida de quien ejerce
cualquier carrera. Considero que investigar
va más allá de la recolección y análisis de
datos; es la oportunidad de “medir
impacto”, retomar, reconsiderar y ajustar
estrategias y
cualquier aspecto a
considerar para ampliar la perspectiva,
para generar conocimiento y nos ayuda a
pensar en cómo hacemos nuestro trabajo.
Un investigador- Orientador, más allá de
pensar que voy a ofrecer recetas,
considero que es la manera de ampliar el
conocimiento, de reflexionar de una
manera que pueda ser compartida en la
comunidad científica, con la rigurosidad
que amplía la visión de
nuestras
capacidades
en este
campo social y
humano.
…Traigo conmigo ilusiones, sueños
y pesadillas, sí, así es la vida. No, así es la
mía. ¿Y la tuya?