Populismos periferiacpg-2019 | Page 13

Perifèria. Cristianisme, Postmodernitat, Globalització 6/2019 rra comercial con este país. Quienes de- sean castigar en las urnas la corrupción votan por partidos que entienden el esta- do como una empresa familiar. Sectores de la población que desean sistemas de bienestar más sólidos votan por partidos que reducirán los impuestos que pagan los más ricos y desmantelarán los servi- cios sociales. J. Arcenillas, Sleepers Por muy desarrollada que sea la estra- tegia de comunicación, esta solo tendrá éxito si existe un descontento latente. Por ello, una segunda cuestión importante es plantearnos cuáles son las razones eco- nómicas objetivas por las que amplios sectores de la población se puedan ha- ber sentido tentados por estos movimien- tos. Los estándares de vida promedio de la humanidad están hoy en su nivel más alto conocido. Al margen de los vaivenes en el empleo y en los niveles de vida pro- vocados por la reciente crisis, nunca la esperanza de vida fue tan elevada, ni la mortalidad infantil o los niveles de pobre- za extrema tan bajos. Nunca tanta gen- te había disfrutado de niveles aceptables de vida. ¿Qué puede, por tanto, explicar tanto enfado con el sistema económico que proporcione alguna racionalidad al descontento que estaría detrás del auge de estos movimientos que se presentan como antisistema? La respuesta más in- mediata puede estar en una desigualdad creciente en la distribución de esos es- tándares de vida, aunque esto requiere de muchos matices. Por un lado, aunque los datos son muy pobres para poder hacer afirmaciones ca- tegóricas, el relato generalmente acepta- do es que durante las últimas décadas la desigualdad (relativa) de la renta se redujo cuando consideramos toda la población mundial. Es decir, el mundo, como un todo, es hoy más igual que hace unas dé- cadas. Esta reducción en la desigualdad global es fruto de un importante avance en los niveles de vida de países inicial- mente pobres que siguieron un proceso de rápido desarrollo, destacando los ca- sos de China, el sudeste asiático o India, y en menor medida y más recientemente de algunos países africanos. Esos países crecieron en promedio a un ritmo mayor que los países ricos, reduciendo así la brecha que los separan, es decir redu- ciendo las desigualdades ‘entre’ países. Por otro lado, sabemos que la desigual- dad en el interior de muchos países ten- dió a crecer en las últimas décadas. Es el caso bien conocido de EEUU, pero también de otros que partían de niveles de desigualdad más bajos, como Sue- cia. La desigualdad entre personas de un mismo país aumentó, pero no se puede 13