POLO MUNDIAL 112 POLO MUNDIAL 112 | Page 12

editorial P asó otro Argentino Abierto, con otro título de La Dolfina. Lejos estuvo, no obstante, de ser otro año más para el polo argentino, el mejor del mundo. Fue un año de quiebre, con consecuen- cias todavía insospechadas. Algunas ya se pueden vislumbrar, como los rápidos cambios de nombres en los principales equipos. Otros parecen tener menos reflejos y aún no advierten la magnitud de lo que ocurrió. Esto es lo que ocurrió. En primer lugar, como se dijo, volvió a ganar La Dolfina. Séptimo título consecutivo con la misma formación, superando a Coronel Suá- rez y Venado Tuerto. Impresionante. Insospechado cuando empezó esta historia. La ratificación de que está en otra dimensión que el resto. Forzó un reacomodamiento de piezas. Segundo, apareció un nuevo equipo con potencial de meterse en una conversación que parecía reservada para tres: La Dolfina, Ellerstina y Las Monjitas. El surgimiento de La Natividad, con los hermanos Barto (18) y Camilo (16) Castagnola contribuyó a cambiar el mapa del polo. También impulsó movimientos de handicaps y, sobre todo, nombres. Tercero: si sacamos estos factores estamos en presencia de uno de los peores Abiertos de los últimos años. Sin partidos atractivos, sin público, sin emoción. La deslucida final resultó una síntesis de lo que fue todo el certamen, magnificada por el impresentable (y peligroso) estado de la cancha. Inconcebible que los mismos dirigentes que permitieron la sus- pensión de la final del Abierto de Tortugas luego de 4 minutos de juego en las que apenas hubo un resbalón que ni llegó a caída presentaran una cancha así para una final de Palermo. Cinco caídas y una fractura (de Nero), además del pobre espectáculo, son suficientes. Los equipos reaccionaron rápido. Ellerstina se reforzó con Hilario Ulloa, La Natividad sumó a Polito Pieres, ascendió 8 goles y hasta se asoció por Alejo Miranda con Camilo Bautista y Las Monjitas. Caset y Sola, al cierre de esta edición, seguían buscando equipo, pero se descuenta que serán competitivos. La Dolfina Polo Ranch no está lejos de este cuarteto. ¿Qué más falta para que Palermo se juegue dividido en dos zonas, una en la que se pelee por el título en la cancha 1 y otra por el ascenso en la 2? Se potenciaría el número de partidos entre candidatos, se incrementaría el atractivo de la cancha 2, que además ganaría público por el arrastre de los partidazos de la 1. Tampoco perderían competitividad los de abajo. No jugarían con La Dolfina o Ellerstina, es cierto, pero ¿qué es mejor para crecer? ¿Perder por 20 con un equipo top o ser competitivo ante equipazos La Aguada o La Ensenada? Además, así como está diagramado hoy el Abierto, en 2020 jugarían La Dolfina, La Natividad y el equipo de Caset y Sola en la misma zona y Ellerstina y LD Polo Ranch en la otra. Otra vez, desequilibrado. No parece haber reflejos por parte de la dirigencia para dar el salto en este sentido. Afortunadamente, al menos, los propios jugadores vetaron la posibilidad de jugar los Abiertos de Tortugas y Hurlingham con hándicap. Un verdadero despropósito, una falta de respeto para dos certámenes tan importantes y tradicionales. Esperamos que el lector enriquezca este debate con el contenido de este número, que trae todo lo que dejó el 126º Campeonato Argentino Abierto y las conquistas de Sol de Agosto-Alegria en la Copa Cámara de Diputados y de El Overo Z7 UAE en el Abierto Femenino. Y para cerrar, todo lo que dejó el Grand Slam Beach Polo Stad, que explotó como nunca en las playas de Pinamar, Cariló y Valeria del Mar y contó con la presencia estelar de Mumy Bellande, pionera del polo femenino y primera mujer en participar en este certamen. ¡Hasta la próxima! n