¡Nunca me verás, ciudad,
con mi traje marinero;
guardado está en el ropero,
ni me lo dejan probar!
¡Mi madre me lo ha encerrado,
para que no vaya al mar!
Pregón submarino
¡Tan bien como yo estaría
en una huerta del mar,
contigo, hortelana mía!
En un carrito, tirado
por un salmón, ¡qué alegría
vender bajo el mar salado,
amor, tu mercadería!
¡Algas frescas de la mar,
algas, algas!
El lancero y el fotógrafo
¡Quiero retratarme, quiero,
con mi traje de lancero,
con mi casco y su plumero,
y quiero ser el primero!
Quietecito, quietecito
con la lanza, el caballero,
que va a salir, volandero,
de esta casa, un pajarito.
¿Qué pajarito?
Un pajarito jilguero.
¡Pues lo quiero!
¡Qué mal lancero!