RUMOR DE MENTIDERO
Intenté iluminarlo todo,
intenté llenar todo nuestro vacío.
Intenté colorear el cielo cada mañana,
pero no pude.
La soledad se apoderó de mi interior,
y ese camino de piedras, no me dejaba seguir adelante.
Perdí todas las ganas de levantarme,
y no pude continuar.
Los recuerdos dolorosos ya eran parte de mí,
me perseguían a todas horas.
Estaba en un laberinto de sueños rotos
y no pude avanzar.
Las noches eran eternas y el tiempo no pasaba,
mi enemigo era yo.
Ya nada tenía sentido,
y no pude encontrar la salida.
María Orduña
Diego Martín
Diego Hernando