Matthias Sindelar nació el 10 de febrero de 1903 en Jihlava, una localidad bohemia checa que para aquél tiempo formaba parte del Imperio Austrohúngaro, creció en el seno de una familia judía y obrera, que se trasladó a Viena en 1906 en busca de un mejor trabajo para el padre de Matthias, un empobrecido fundidor y herrero.
Sindelar vivió con su familia en el barrio obrero vienés de Favoriten y allí comenzó a jugar fútbol en las calles, donde se ganaría el apodo de “Hombre de Papel”, gracias a su extraordinaria habilidad para pasar entre los defensas rivales.
A los 15 años ya había fichado por un club profesional, el Hertha de Viena, equipo con el que debutaría en la primera división austríaca a los 18 años de edad, sin embargo, su paso por el club fue relativamente fugaz debido a que una crisis financiera arruinaría a la institución, haciéndola desaparecer poco tiempo después.
Sindelar fichó por otro equipo de la ciudad, el Austria de Viena, con este conjunto llegarían su mayores éxitos a nivel de clubes, en 1933 y 1936 ganó 2 Mitropacup, torneo antecesor de la Copa de Europa.
La fama mundial le llegaría gracias a la selección austríaca, fue ahí donde se ganó el apodo del “Mozart” del fútbol. Aquella selección sería bautizada con el nombre de Wunderteam(equipo maravilla).
El sobrenombre empezaría a gestarse el 16 de mayo de 1931, en esa fecha Austria se enfrentaba como local a una imbatible selección de Escocia, un partido que se convertiría en historia nacional, luego de que el conjunto austríaco ganará 5-0. Aeste resultado le seguirían un 5-0 y un 6-0 ambos en contra de Alemania, seguido por un 8-1 contra Suiza y un 8-2 contra Hungría, combinado que era una potencia mundial de la época. Sindelar, jugando como delantero centro de esta selección logro alcanzar la categoría de héroe nacional.
En la Copa del Mundo de 1934, el “Wunderteam” se plantó en las semifinales del torneo, donde le tocó enfrentarse a la selección anfitriona. Bajo la mirada del “Duce”, el árbitro consintió el único gol italiano, que había sido precedido por una clara falta al portero. A su vuelta a Austria, el equipo fue recibido por una multitud y Sindelar ya había alcanzado la condición y la importancia de un ídolo.
Lamentablemente sus días de gloria no duraría mucho, en 1938 el ejército nazi invadió Austria, bajo la política del Anschluss(anexión) causando así la desaparición del Wunderteam.
Los alemanes deseaban que los jugadores austríacos se incorporaran a su equipo, sin embargo, Sindelar se negó y en el último partido jugado por esta selección se encargo de avergonzar constantemente a la defensa alemana, que con su gran habilidad era capaz de driblar a todos los jugadores alemanes. Los austríacos habían recibido la instrucción de no marcar goles, pero Sindelar se cansó de esa farsa y marcó un gol, demostrándole al mismísimo Adolf Hitler que él no quería ser alemán sino austríaco.
Después de este enfrentamiento Sindelar sería considerado como una amenaza para el régimen del “Führer”. Por ese motivo se comenzó una campaña de persecución en su contra en donde se le prohibió jugar, trabajar y cruzar las fronteras, quedando en el olvido y sin trabajo, adicionalmente