En las últimas semanas hemos venido escuchando y leyendo, quizás con más fuerza que antes, el deseo de independencia de una parte de Cataluña.
Pero la cuestión a tratar no es ésta, pues cada uno tiene derecho a sentirse de donde quiera. Para algo existe la libertad. La problemática del asunto se presenta cuando se intenta casar a la política y el deporte, cosa que nunca da buen resultado.
Nos encontramos con constantes reiteraciones de los presidentes del Barcelona, Sandro Rosell y el ex presidente Joan Laporta, sobre su deseo de liderar a un Barça en una Cataluña independiente.
Como ya decía, este deseo de conseguir la independencia para Cataluña es totalmente respetable, pero hay algo que no tienen en cuenta cuando pronuncian esas palabras: el club está muy por encima de ellos.
Lo que ellos no entienden, es que un club como el FC Barcelona puede tener unos 200 o 300 millones de aficionados en todo el mundo y que, probablemente, 195 ó 295 de ellos no se sientan únicamente catalanes.
Con todo esto y que quede bien claro, que no les critico por expresar su catalanidad, pero sí los critico por expresarlo estando al mando de un club al que siguen tantísimas personas.
La situación para los culés del resto de
España es dura, seguirán siendo de su club siempre, pero no les gusta que se les excluya.
Como decía Carlos Moyá, ex tenista y culé reconocido: “parece que si no eres catalán no eres un buen culé”.
Estos son los problemas de incluir a la política en el deporte o viceversa, cuando no tienen nada que ver.
El deporte y los clubes deben mantenerse siempre al margen de sentimientos políticos, por el daño que se les pueda hacer a sus aficionados.
En este sentido, se encuentra la polémica de que, si Cataluña fuese un país aparte, si jugaría en la LFP o tendría que verse obligado a jugar en una liga también independiente.
Todo esto representaría varios y grandes problemas para un club con tanta historia, porque no es lo mismo jugar contra el Real Madrid, Atlético o Valencia que contra el Sabadell, Mataró o el Nástic (sin menospreciar, por supuesto).
Pero no sólo sería éste su problema, pues, probablemente, muchos de sus jugadores al no estar en una liga de primer nivel, no estarían en el Barcelona.
Sinceramente, no veo a Messi o Iniesta, dos de los mejores jugadores del mundo sin jugar en la élite futbolística.
En cuanto a la Selección Catalana, por quienes creen que dicha Selección podría conseguir sin problemas todos los títulos
"La complicada relación entre politica y deporte"