Otros faraones de la dinastía IV iniciaron la construcción de sus pirámides, como Dyedefra (Abu-Roash) y Nebkara (Zawyet el-Aryam), pero quedaron sin concluir. El último faraón de la dinastía, Shepseskaf, eligió un monumento a modo de gran sarcófago pétreo, la mastaba de Shepseskaf en Saqqara. La pirámide de Dyedefra (Abu-Roash) llegó a ser 7 metros más alta que la de Keops al levantarla aprovechando una elevación natural, pero durante la época romana fue desmantelada al convertirla en cantera para usar sus piedras en otras construcciones.
Pirámides clásicas
Los constructores de las piramides
La hipótesis más difundida (aunque sin pruebas tangibles) ya desde la época grecorromana narraba que tales construcciones eran la labor de miles de esclavos, idea reflejada en algunas películas de Hollywood; pero la realidad es que fueron levantadas por equipos de miles de hombres libres trabajando por turnos.
Zahi Hawass sostiene que fueron obreros y muy bien tratados, tras haber encontrado un grupo de tumbas junto a las pirámides. Dichas tumbas de 2,74 metros de profundidad, alojaban doce esqueletos conservados perfectamente.