SALUD
SIDA FELINO
Es importante tener en cuenta que este tipo de infección no se califica como zoonosis, lo que significa que las personas no podemos contagiarnos de VIF.
El Virus de Inmunodeficiencia Felina( VIF), conocido como SIDA felino, es una enfermedad que afecta exclusivamente a los gatos. A diferencia del VIH humano, este patógeno no puede transmitirse a personas ni a perros, lo que significa que no es una zoonosis. Se estima que aproximadamente el 11 % de los gatos a nivel mundial están infectados, siendo más común en felinos callejeros que en domésticos.
FORMAS DE CONTAGIO
La transmisión del VIF ocurre principalmente a través de mordeduras y arañazos durante peleas entre machos, especialmente durante la época de celo. El apareamiento también representa un momento de riesgo. La saliva es el fluido con mayor carga viral, por lo que el contacto directo es el principal medio de contagio entre gatos.
SÍNTOMAS CARACTERÍSTICOS
El VIF destruye el sistema inmunológico, dejando al animal vulnerable a múltiples infecciones. Los síntomas más frecuentes incluyen fiebre persistente, conjuntivitis, letargo, gingivitis, pérdida de peso progresiva, inflamación de ganglios linfáticos, vómitos y diarrea. Lo preocupante es la aparición simultánea de varios síntomas, aunque algunos gatos pueden permanecer asintomáticos durante la fase inicial.
DIAGNÓSTICO Y PREVENCIÓN
Un simple análisis de sangre puede detectar los anticuerpos contra el VIF. La prevención es fundamental: evitar que los gatos salgan sin supervisión y mantener períodos de cuarentena al introducir nuevos felinos en el hogar.
TRATAMIENTO Y PRONÓSTICO
Actualmente no existe vacuna contra el VIF. El tratamiento se enfoca en prevenir infecciones secundarias mediante una alimentación equilibrada, desparasitaciones regulares, vacunaciones programadas y visitas veterinarias frecuentes. Los gatos infectados deben mantenerse aislados para evitar la propagación y protegerlos de parásitos externos que puedan agravar su condición. Es importante destacar que la esperanza de vida de los gatos con VIF es significativamente menor que la de los gatos sanos, haciendo esencial un manejo veterinario cuidadoso y constante para garantizar la mejor calidad de vida posible.