CIENCIA
En medio de los famosos canales de Ámsterdam navega un barco muy especial: De Poezenboot, o“ el barco de los gatos”, el único santuario animal flotante del mundo. Fundado en 1966 por Henriette van Weelde, este refugio acoge actualmente a unos 50 gatos, muchos de ellos callejeros o abandonados. De ese grupo, 17 son residentes permanentes que han encontrado en el barco su hogar definitivo.
UN PROYECTO NACIDO DEL AMOR
La historia de este peculiar lugar comenzó cuando Van Weelde, conocida como“ la señora de los gatos”, decidió ofrecer refugio a felinos sin hogar tras la muerte de su esposo. Adaptó una vieja barcaza para que los gatos pudieran vivir cómodamente, y con el tiempo el proyecto creció. En 1979, el barco fue convertido en una casa flotante, y en 1987 se constituyó oficialmente como la Catboat Foundation, una organización sin fines de lucro.
UN ESPACIO SEGURO Y LLENO DE CUIDADO
Hoy, De Poezenboot funciona gracias a donaciones y al trabajo voluntario de entre 20 y 25 personas de diferentes edades. Además de brindar refugio, el santuario financia esterilizaciones, castraciones e implantes de microchip para los nuevos ingresos. La estructura del barco está reforzada con madera y alambre para evitar que los gatos caigan al canal, garantizando así su seguridad.
ADOPCIONES CON COMPROMISO
El proceso de adopción en De Poezenboot es cuidadoso y responsable. Los interesados deben agendar una cita para conocer al gato, y después esperar al menos un día antes de tomar una decisión definitiva. Si el animal no se adapta al nuevo hogar, siempre
puede regresar al barco.
UNA ATRACCIÓN PARA TURISTAS Y AMANTES DE LOS GATOS
Este singular santuario recibe miles de visitantes al año, muchos de ellos turistas curiosos. El fotógrafo Muhammed Muheisen, dos veces ganador del Pulitzer, pasó
una semana documentando la vida en el barco y compartió que uno de los felinos más populares es una gata persa de gran personalidad. Aunque Henriette van Weelde falleció en 2005, su legado vive a bordo de este barco lleno de maullidos, sol y solidaridad flotando en el corazón de Ámsterdam.