PERSUASIÓN / Sinfonía Electoral PERSUASION / SINFONIA ELECTORAL | Page 28

SINFONía ELECTORAL Estrategias eficaces Es importante destacar que si bien son muchos los temas que abordan los candidatos en una campaña, la mayoría de las veces quienes triunfan son los que logran asociarse a una sola idea fuerte que represente la principal demanda social de los tiempos. Una idea fuerte. En este punto vale la pena repasar algunos ejem- Muchas veces lo que hace falta para ganar plos de la historia reciente de la Argentina que una elección es una idea fuerte, creible, permiten entender esta cuestión con claridad. que coincida con la En 1983, después de casi siete años de la dictadu- demanda de los tiempos. ra más sangrienta, Raúl Alfonsín representó la de- mocracia y los derechos humanos. Nadie o muy pocos votaron a Alfonsín por su plataforma. Era la convicción de que Alfonsín era el hombre ade- cuado para reestablecer la democracia y la vigen- cia de los derechos humanos, lo que decidió a la gente a votarlo. En 1989, tras la imposibilidad del gobierno radi- cal de generar bienestar económico, Carlos Me- nem ganó prometiendo salariazo y revolución productiva. Y su reelección en 1995 se basó en la garantía de estabilidad que ofreció el 1 a 1 del mi- nistro Domingo Cavallo. El triunfo de Fernando De La Rúa en 1999 se asentó en la idea de un gobierno que garantizara lo bueno de la gestión de Menem, pero que gober- nara sin corrupción. De La Rúa era visto como un hombre serio y honesto, que se comprometió pú- blicamente a darle continuidad al 1 a 1. En el 2003, Néstor Kirchner era un candidato po- co conocido, pero fue visto como la continuidad de un go- bierno que con Eduardo Duhalde y Roberto Lavagna había conseguido poner al país de pie después del caos. CAPÍTULO 1 ESTRATEGIA 29 Así logró entrar en el ballotage junto a Carlos Menem, en un escenario donde cualquier candidato le ganaba al ex presi- dente, porque la ciudadanía no estaba dispuesta a darle otra oportunidad. El triunfo de Cristina Fernández de Kirchner en 2007 era la continuidad lógica de un proceso exitoso llevado adelan- te por su marido y su reelección en 2011, la cosecha de sus propios logros. En este caso vale recordar que «rara vez ga- na la oposición, es más frecuente que pierda el oficialismo cuando hace mal las cosas». Las elecciones de 2015 fueron parejas, en un país dividi- do por la grieta se discutía continuidad o cambio y ganó el cambio por escaso margen. El «target» o público objetivo Las encuestas permiten precisar con bastante exactitud las demandas sociales y a qué candidatos prefieren los distin- tos sectores de la población, segmentándola por sexos, eda- des, niveles socioeconómicos y culturales, lugar de residen- cia, pertenencia política u ocupación, delimitando también cuáles son las opciones que evalúan los indecisos, que repre- sentan el sector más volátil del electorado. Esto permite determinar cuáles son los grupos sobre los que hay mayores posibilidades de crecer electoralmente y cuáles son sus demandas para poder ajustar el mensaje. A su vez, la segmentación del electorado también permite elegir con mayor precisión los medios adecuados para co- municarse con ellos. Por ejemplo, si el «target» principal es el constituido por las amas de casa, es probable que se deba poner más esfuerzo en conseguir invitaciones a los programas de TV de la tarde an- tes que asistir a los programas políticos a los que aspiran a concurrir la mayoría de los candidatos que no son, justamen-