SINFONía ELECTORAL
A los más entusiastas se les pueden proponer otros gra-
dos de participación posterior según su perfil y entusias-
mo, sea en los equipos técnicos, en los locales partidarios
o a través de las redes sociales, incluso se les puede pro-
poner que convoquen a una nueva reunión con sus pro-
pios amigos para replicar el procedimiento.
Manzaneras
El sistema se ha utilizado mucho en Cuba; en la Argentina lo po-
pularizó Chiche Duhalde, y es muy común en Centroamérica.
Funciona muy bien en los barrios de casas bajas y es difícil
implementarlo en zonas de edificios.
La idea es tomar un mapa del barrio y repartir entre los mi-
litantes las manzanas que pueden ser una o varias según la
disponibilidad de tiempo y la densidad de casas. Lo ideal es
que las manzanas les sean asignadas a personas que sean del
barrio y conozcan a sus vecinos.
El paso siguiente es encontrar una excusa para tocar el
timbre y conversar. Una que da buenos resultados es pre-
sentarse como un simpatizante de un candidato o partido
y contar que están haciendo un relevamiento de las nece-
sidades de la gente de ese barrio. Necesidades que pue-
den ser personales o barriales.
Hay que llevar una planilla tipo censo, con algunas pre-
guntas básicas sobre el grupo familiar (nombres, teléfonos
y mails, de ser posible), las preferencias electorales y ano-
tar sus reclamos o propuestas.
Antes de irse habría que dejar algún folleto de tipo general,
los datos del visitador y comunicar que están a su disposi-
ción para cualquier consulta y que probablemente vuelvan a
visitarlos en unos días.
Después de la primera visita es frecuente que se puedan di-
vidir a los vecinos en tres grupos: simpatizantes, opositores
y posibles votantes.
CAPÍTULO 8
MILITANCIA
159
A los simpatizantes se les puede pedir ayuda para con-
vencer a otros vecinos o para participar. A los oposito-
res decididos no hay que dedicarles tiempo, es muy difí-
cil convencerlos. Los indecisos serán quienes requieran
más atención.
De ser posible y, sobre todo cuando se está en el Gobierno,
especialmente el municipal, hay que solucionar los reclamos.
Reclamos que muchas veces tienen que ver con cuestiones
simples como reparar pozos, mejorar la recolección de basu-
ra, reponer focos de luz quemados, o conseguir la incorpora-
ción de los vecinos a planes sociales existentes.
Si se pudo dar una respuesta habrá que volver y contar que
el caso ya fue solucionado y, si no es posible, se deberá ex-
plicar por qué. En las sucesivas visitas es posible que se es-
tablezca un vínculo personal que mejore la predisposición a
dialogar y convencerlos.
El día de los comicios es necesario asegurarse de que nues-
tros simpatizantes concurran a votar, si es necesario hay que
llamarlos y hasta acompañarlos.
Si los partidos cuentan con remises o autos de militantes
y se trata personas mayores o discapacitadas, se les pue-
de ofrecer llevarlos.
Ganar la calle
Es muy importante tener presencia en las calles. Todos los
partidos están acostumbrados a poner «mesitas» en las es-
quinas de las avenidas, adornadas con banderas, afiches y
dotadas de equipos de sonido con el jingle, atendidos por
militantes identificados con remeras que reparten volantes y
conversan con la gente.
En algunos casos ofrecen servicios como puede ser informar-
le a los transeúntes el lugar de votación que les correspon-
de usando los padrones oficiales. Comúnmente se suele brin-
dar esta información en un impreso con la foto del candidato.