SINFONía ELECTORAL
las candidaturas son presidenciales es necesario tener repre-
sentación en todos los distritos y ese proceso de acumula-
ción y negociación constante requiere experiencia, conoci-
miento de los líderes partidarios y habilidad para negociar.
Es muy difícil crecer sin una estructura que impulse una pos-
tulación en todo el territorio.
Las candidaturas «unipersonales» acumulan desde otra ló-
gica, su prestigio social es lo que vale, a veces son los parti-
dos los que buscan outsiders cuando no tienen candidatos
atractivos, hay infinidad de ejemplos en la Argentina, como
Palito Ortega, Lole Reutemann o los candidatos que el PRO
que buscó para crecer como Del Sel, De Angelis, Mac Allis-
ter o Baldassi. Otras veces esas personalidades necesitan un
partido que los cobije ya que la legislación exige que los
candidatos representen a partidos formalmente reconocidos,
por lo que aún los candidatos que tengan un gran arrastre
personal, deberán construir alianzas que aseguren el cumpli-
miento de los requisitos formales.
Las alianzas multipartidarias
En países como la Argentina, de fuerte tradición
bipartidista, en los comienzos del siglo XXI se vi-
ve una fragmentación del espacio político, el cre-
cimiento de candidaturas «unipersonales» y luego
la construcción de alianzas más amplias que aglu-
tinen a quienes tengan ciertas afinidades o coinci-
dencias estratégicas.
La construcción de estas alianzas es parte del andamiaje in-
dispensable para competir con chances, incluso para cuestio-
nes operativas no menores, como poder fiscalizar una elección.
En estas construcciones muchas veces se enfrentan intereses
divergentes aún en un mismo partido. A veces la alianza que
necesita un candidato presidencial para pelear la elección es
distinta a la que necesitan los caudillos provinciales para ga-
relaciones institucionales
CAPÍTULO 7
En la era del
personalismo
Es cada vez más frecuen-
te que los candidatos
prioricen su interés perso-
nal sobre el de su partido.
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nar en sus territorios. Esas negociaciones son com-
plejas cuando se busca construir alianzas.
Un ejemplo muy claro se produjo en 2007 con la
fórmula Cristina Fernández de Kirchner y Julio
Cobos. Cobos llegó a esa instancia representando
a un «club de gobernadores radicales» y en franca
disidencia con la posición orgánica de la UCR que
decidió competir como parte de una «alianza ofi-
cial» con la fórmula «Lavagna/Morales». El con-
flicto derivó en expulsiones partidarias y reconci-
liaciones posteriores que llevaron años.
Alianzas sociales
Las alianzas partidarias son sólo una parte de la confor-
mación de una fuerza social capaz de competir con chan-
ces. Hay muchas otras construcciones que pesan y mucho y
son las alianzas que se conforman con sindicatos, organiza-
ciones empresarias, profesionales, organizaciones estudian-
tiles y una amplísima red de ONGs que representan distin-
tos intereses.
El peronismo tuvo históricamente una organización sindi-
cal partidaria, las 62 Organizaciones, que fue el brazo gre-
mial del partido. Y la UCR construyó su poderosa organi-
zación estudiantil Franja Morada.
Pero algunas organizaciones sociales no alineadas partida-
riamente a veces apoyan explícita o solapadamente a ciertos
candidatos con quienes tienen intereses convergentes. Pue-
den ser fundaciones, centros de estudio, etc.
Incluso son determinantes los acuerdos con medios de co-
municación ya que gravitan en las campañas, grupos de
multimedios como Clarín en la Argentina y O Globo en
Brasil tienen una fuerte influencia sobre la opinión pública
y por diversos motivos suelen elegir sus candidatos y abrir-
les sus puertas.