COMUNICACIÓN
SINFONía ELECTORAL CAPÍTULO 5
Cada vez más gente utiliza los «smartphones», las «note-
books» y «netbooks», las «tablets» como el Ipad, el WiFi,
los «ebooks» y artefactos complementarios como las cáma-
ras de fotos y video digitales que permiten abastecer a la red
de imágenes y sonidos.
Por lo tanto, no utilizar las tecnologías modernas sería des-
aprovechar recursos muy valiosos para comunicarse y, so-
bre todo, para recibir el «feedback» de los ciudadanos con
los candidatos.
El problema es que muchos líderes todavía no usan Internet, ni
siquiera el mail. A duras penas se arreglan con los SMS (men-
sajes de texto) y el WhatsApp y, por lo tanto, no han tenido la
experiencia personal de usar la tecnología ni comprenden de-
masiado bien de qué se trata.
Escuchan que tienen que tener una página web, abrir un per-
fil en Facebook o una cuenta de Twitter; algunos los encar-
gan y luego no los usan o los desaprovechan.
Esto no podrá continuar así por mucho tiempo. Las nuevas
generaciones han mamado la tecnología y ella forma par-
te de su vida cotidiana. Internet pasó de ser de una forma
de comunicación, de búsqueda de información, de
conocerse con desconocidos, de intercambiar datos,
de buscar afinidades con otros, hasta transformar-
se en puro entretenimiento. Hoy muchos jóvenes
ya pasan más horas frente a la computadora que
frente a la televisión y todo esto necesariamente es-
tá impactando en la comunicación política. Entre
otras cosas porque estos jóvenes de hoy serán los
ciudadanos votantes de mañana y también los po-
líticos del futuro.
Algunos dirigentes no tan jóvenes se adaptaron muy
bien a los nuevos recursos. Miembros del gobierno
K, como Cristina Fernández de Kirchner, Aníbal Fer-
nández o Héctor Timerman han sido twitteadores compulsivos . El PRO se destaca especialmente en el uso de
las redes sociales. Y una red de bloggeros, trolls y voluntarios,
ejerce su «cybermilitancia» en la red.
Antes, los desarrollos tecnológicos eran unidireccionales co-
mo la radio y la televisión. Ahora son multidireccionales co-
mo sucede en las redes sociales, donde cantidades exponencia-
les de personas participan de debates opinando, reenviando
información a sus amigos y contactos o subiendo imágenes.
Recientemente se acuñó el término cybermilitantes dedicado
a personas que centran su participación política en las versio-
nes digitales de los diarios y en las redes sociales, opinando y
contribuyendo a desarrollar campañas virales.
De todos modos, hay que entender que la existencia de las
herramientas no garantiza nada. A la tecnología, como a
cualquier otra herramienta, hay que saber usarla.
Así como tener una filmadora no significa saber hacer una pe-
lícula, tener una computadora no es sinónimo de saber usar
el medio para conseguir votos.
Estas tecnologías ofrecen algunas ventajas muy atractivas.
Una de ellas es que es barata. Construir una página de Inter-
net, un blog, una cuenta en Facebook, Instagram o
Entre tenerlo
Twitter es gratis o cuesta muy poco.
y usarlo
Otra de las ventajas es que es interactiva, la gente
Cualquiera puede
tener un Twitter, sacarle
puede opinar, comentar, votar, criticar, reenviar lo
provecho es otra cosa.
Requiere dedicación,
que le gusta a sus contactos constituyendo la base
conocimiento del medio
de las acciones virales. A todas esas herramientas
y difusión.
pueden incorporarse fotos y videos, posibilitando
que cualquiera vea lo que sucede en lugares muy re-
motos o alejados. Los recursos que tiene cualquier
celular para captar imágenes y transmitirlas permi-
ten, además, un gran control social. Si por ejemplo
alguien distribuye bolsones de comida para captar
votos, puede ser filmado y «escrachado» inmedia-
tamente. Hoy las noticias realmente vuelan.
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