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dentificar lo que es susceptible de mejora o corrección es uno de los factores clave para el progreso; necesarios para activar los resortes precisos al obtener el impulso que propicie el buscado cambio; anhelados en proceso de determinar
el punto de inicio del camino de un antes a un después.
Y también, una vez comenzado este cambio, es necesario disponer de elementos o instrumentos sensibles al cambio,
que nos permitan conocer si este se está produciendo, si se ha alcanzado realmente la meta que nos habíamos fijado o si
nos estamos conformando con un pequeño y autocomplaciente paso adelante.
Así, en este contexto, nuestra sociedad ya ha identificado como uno de sus objetivos fundamentales la necesidad de
alcanzar la plena igualdad entre mujeres y hombres, y vemos que está realizando progresos significativos demoliendo
barreras hasta hace poco consideradas infranqueables. A pesar de todo, incluso en ambientes considerados plenamente
igualitarios, aparecen manifestaciones o muestras que marcan la necesidad de mantenernos cautos ante la falta de permeabilidad que un derecho fundamental tiene en el individuo.
La Universidad y el Arte, juntas, vanguardia del pensamiento, se perfilan como ese elemento sensible del pulso diario de
nuestra sociedad, determinando lo que es de verdad esencial en una posición que permite la crítica de nuestro verdadero
progreso.
José Raúl Fernández del Castillo Díez
Vicerrector de Extensión Universitaria y Relaciones Institucionales
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