MICROCOSMOS
PANAMÁ
EL DIARIO DE Miroslava
Miroslava Morales W. W. COMUNICADORA Y ACTRIZ, ETC., ETC.
En noviembre del año pasado sentí mucha ansiedad por viajar lo antes posible a Panamá para tomarme unas merecidas vacaciones, estar más tiempo con mi familia y amigos; volver a sentir ese calor y humedad que a mi piel le hacía falta, embriagarme con los olores del Atlántico y del Pacífico, oír los códigos del barrio, los apodos, el grubeo, la cosa. Me contaron mis amigos que la ciudad y mi Casco Antiguo querido estaban pasando por muchos cambios que ni yo me podía imaginar. Ellos: «¿ Los lotes baldíos? Eso ya ni es, como‘ tan los locales nuevos y hay buco extranjeros y tenemos vecinos nuevos …»( sonrisa de oreja a oreja).
Llegó diciembre, hola mi Panamá, odio los aeropuertos, qué rico es bajar la ventana del auto y subir el volumen de la radio, la brisa‘ tá cool, la music‘ ta hat( así se va a llamar mi próximo trap). Llevo cinco meses en Panamá y los dos primeros me dediqué hacer una de las tantas cosas que me encanta: caminar. Y sí, es cierto: ya casi no hay lotes baldíos, hay nuevos establecimientos, diferentes rostros, muchas voces con otras musicalidades … y vecinos nuevos. Y me fui pal’ Casco un viernes, como de costumbre. No es lo mismo caminarlo de noche que de día, son dos energías distintas. Pero antes de irme a rumbear a un lugar fijo, esa noche di por hecho la invitación de mi amigo Galo para conocer su nuevo local, llamado Tío Navaja, ubicado frente al Ministerio de Gobierno. Qué lugar más coqueto. Automáticamente, esa noche acepté ser la sobrina favorita y me dejé consentir.
En la planta baja está el restaurante, con un menú de comida casual y creativa que te enamora a primera vista; pero mi noche tomó fuerza en Mula; así se llama el Cocktail Bar del Tío Navaja ubicado en el segundo piso. Desde que empecé a subir los escalones, con una pared rocosa a la derecha típica del Casco, Mula me fue envolviendo con su música alternativa y sus olores exóticos provenientes de la barra: simplemente ¡ wao! Me recibieron los dueños: « Bienvenida a tu casa », me dijeron ellos, y así fue. Uno de los chicos de la barra, con toda la buena vibra, me preguntó qué deseaba tomar— no tenía la menor idea—. « Sorpréndeme », le dije; me miró, me hizo un par de preguntas y comenzó a preparar algo al ritmo de todo un profesional( amo que me sorprendan). Le dicen Chile, y asumí que es chileno, porque no le sentí el acento. La cuestión es que vi botella por aquí, botella por allá, elegantes utensilios color cobre, frutas y hasta fuego, la sensación del show. « Espero que te sorprenda y que lo disfrutes, Miroslava », me dijo mi amigo Chile. Y así fue: Chile me sorprendió con un exótico cocktail de su propia autoría llamado lady Gatún, inspirado en la mujer panameña y el lago Gatún, lago madre que alimenta el canal de Panamá; el mismo lleva whiskey, cherry syrop, maracuyá y limón, y la copa está ahumada con cardamomo. ¡ ÉXITO! En fin, por todo el escenario que les acabo de contar, en Mula se respira sensualidad, un pequeño espacio íntimo para disfrutar en compañía o sola, como yo. # CascosQueen
Fotos: Miroslava Morales
W. W.
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