MICROCOSMOS
Un negro santo
C ésar del V asto
HISTORIADOR
Ana Velázquez, natural de
Ciudad de Panamá (o quizá
de La Chorrera) era una
negra liberta, criolla, horra,
que en un amancebamiento
ilegal, perseguido por la
sociedad colonial —donde
el negro era el demonio y
debía ser salvado a través de
la evangelización—, mantuvo
relaciones con el español Juan
de Porras, caballero de la
orden de Alcántara, y procreó
dos vástagos, Martín y Juana,
nacidos en Lima. Martín, al ser
bautizado, cambia el apellido
por Porres,
para evitar consecuencias.
San Martín de Porres fue el primer
santo negro de América y símbolo
universal de la paz
PA N A M Á
con sangre istmeña
E
lla trabajaba en Guayaquil y enviaba dinero a Lima para mantener
a sus hijos, que recibieron educación católica y vivieron en la po-
breza y sin padre.
Aún niño, Martín para sobrevivir fue curandero y barbero, entre otros
oficios, hasta que ingresó a la orden dominica como donado, por ser hijo
ilegítimo (recibía alojamiento y servía de criado), en 1594.
Ese año, Carlos V prohíbe ejecutar a los negros que laboran en las mi-
nas. En 1595, obliga a los obispos de Indias a organizar la enseñanza reli-
giosa para negros, mulatos e indios: debían obligar a los amos a enviarlos
al catecismo, y tenían libertad para imponer penas a los que no. Pero no
se cumplió.
La esclavitud estaba en auge y era constante la acusación de
brujos, idólatras e hijos del diablo a los negros. Muchos eran explotados a
muerte en las minas y servicios agrícolas y domésticos. Ellos se resistían
a la deshumanización, al maltrato inmisericorde en nombre de Cristo, y
muchos se rebelaron y se volvieron cimarrones.
SAN MARTÍN PARA TODOS
Tras practicar los oficios más humildes, fue admitido como her-
mano de la orden en 1603 y en 1606 se convirtió en fraile, con los
votos de pobreza, castidad y obediencia.
De las virtudes atribuidas a Martín de Porres sobresale la hu-
mildad, colocando a los demás por delante de sus necesidades.
En una ocasión, el convento tuvo apuros económicos y el
prior necesitó vender algunos objetos valiosos. Él
se ofreció a ser vendido como esclavo para ayu-
dar; por fortuna, no se hizo. Ejerció constante-
mente su vocación pastoral y misionera; enseñaba
la doctrina cristiana y la fe de Jesucristo a negros,
indios y l