Periódico Casco Antiguo News EDICIÓN 22 · MARZO · 2018 | Page 6

ACTUALIDAD
PANAMÁ

PEDRO VARGAS , ruiseñor de las Américas

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El Tenor Continental , El Samurai de la Canción , eran títulos de cariño con los cuales se conocía a Pedro Cruz Mata , ( 1906-1989 ) su verdadero nombre .

César del Vasto
HISTORIADOR

Su primera visita a nuestra querida tierra data del 3 de septiembre de 1941 , al arribar para una presentación el día 4 , anunciada ya desde el 31 de agosto en el diario La Estrella de Panamá . Actuaría con el compositor Pepe Agueros , al frente de la Gran Orquesta Nacional , y con Pablito y Lilón , una pareja de rumbas , danzones y sones cubanos , acompañados de bongoseros y timbadores . El espectáculo se presentaría así , de 1.30 a 6 p . m . la primera tanda , actuando Pedro

a las 5 , y la función de la noche — iniciada desde las siete — con Pedro y su show a las 9.15 .
Este espectáculo se presentó en el teatro ( cine ) Tropical , fundado en 1939 , anunciado como un « Espectáculo exclusivo de la empresa Canosa ».
No sería la única presentación del Tenor de las Américas : retornaría en varias ocasiones , unas en programas de giras y otras por asuntos personales .
Pedro Vargas se presentó en los mejores teatros de la capital y también en los night clubs panameños de moda de los años cincuenta hasta los setenta .
Aprendió a conocer nuestra tierra a través de sus mejores hijos , incluso los músicos y compositores .
Entre los temas panameños grabados a nuestros compositores están : Qué está sucediendo contigo ( Carlos Eleta A .), Esperándote ( Arturo Hassán ) y No hicieron falta palabras , enalteciendo aún más los valores musicales patrios .
Existe un testimonio de Carlos A . Rodríguez :
En la mañana del 25 de junio de 1966 — ese año en agosto sería condecorado por el presidente Marcos A . Robles con la orden Vasco Núñez de Balboa en el grado de Gran Cruz —, me llamó mi amigo Lindy Paredes , por esa época gerente de Televisora Nacional ( Canal 2 ), para invitarnos a almorzar en el Gran China de la Avenida Balboa a Enrique Jiménez hijo y a mí con Don Pedro Vargas .
No lo había conocido antes , pero tenía la impresión de que era un hombre corto en el hablar
y que sería el almuerzo un “ embarque ”. ¡ Qué equivocación la mía !
Don Pedro Vargas era un gran conversador con un fino sentido del humor . Él no tenía , me di cuenta , complejos y frecuentemente se burlaba de sí mismo .
Recuerdo muy bien que entre los “ chistes ” que nos contaba había uno que se me quedó grabado en la mente . Él nos decía que en una ocasión viajando en su automóvil por la Baja California para cumplir unos compromisos profesionales , tuvo la necesidad de ponerle combustible al auto .
En la gasolinera le consultó al despachador cuánto me falta para Indio ( una pequeña ciudad californiana ) “ Sólo las plumas Señor ”, le contestó éste al mirarlo fijamente .
Después del almuerzo , la conversación continuó y peligraba prolongarse aún más , ya que Eduardo Morgan Jr . se había unido al pequeño grupo . Enrique Jiménez hijo se había excusado poco después del almuerzo ; pero antes le había extendido una invitación a Don Pedro a la fiesta del matrimonio de su sobrino Raúl Morrice .
Tuve , pues no me quedaba otro recurso , que pararme de la mesa y al excusarme manifesté : “ Tengo que irme también porque mi esposa Itza tiene que cantarle en la misa esta noche al nieto de don Enrique Jiménez , Raúl Morrice , que como Ud . sabe se casa con la señorita Jeanette Boyd ”.
Para mi sorpresa , Don Pedro Vargas me dijo : “ Me gustaría mucho ir . ¿ Podría Ud . pasarme a buscar ?
Yo soy muy buen amigo don Enrique . Él me había contratado para inaugurar el Teatro Tropical , lo que no pude hacer por tener otros compromisos . Le tocó el honor a Hugo Del Carril . Yo canté en el Teatro Tropical dos semanas después .”
Al dirigirnos mi esposa y yo a la Iglesia del Carmen , donde se efectuaría el matrimonio , recogimos en el Hotel El Panamá a Don Pedro Vargas y a Alvarito , su pianista de siempre y viejo amigo .
Para llegar al coro de la iglesia había que subir unas empinadas y largas escaleras . Al llegar arriba Alvarito , casi sin aliento , protestaba diciendo : “ Este señor me va a matar un buen día ; es