Mundo
23-Octubre-2018
¿Por qué asesinaron a Jamal Khashoggi?
“He dejado mi casa, mi familia y mi trabajo, y
estoy levantando la voz. No hacerlo sería
traicionar a aquellos que languidecen en la
cárcel. Yo puedo hablar mientras que tantos
otros no pueden”.
Con estas palabras, en septiembre de 2017,
Jamal Khashoggi, otrora rostro común dentro de
la élite de Arabia Saudí, publicó su primera
columna en el periódico The Washington Post,
luego de abandonar su país hacia Estados
Unidos, en un exilio autoimpuesto.
El periodista, célebre por sus entrevistas a
Osama bin Laden, no solo se había convertido
en uno de los críticos de más elevado perfil del
príncipe saudita Mohammed bin Salman (MbS),
sino también temía ser el próximo en ser
acallado.
Tal y como ocurrió con su amigo Esam al Zamil,
un economista que fue arrestado por atreverse a
criticar el ambicioso plan económico del
heredero de esta monarquía absoluta, para
sacar a la bolsa un 5% de la empresa nacional
de petróleo, nada menos que la mayor petrolera
del mundo, Aramco.
Sus temores se hicieron realidad el pasado 2 de
octubre, cuando Khashoggi entró al Consulado
saudí en la ciudad turca de Estambul para unos
trámites porque se iba a casar, y no volvió a
aparecer.
Su desaparición, conforme han pasado los días,
se ha convertido en una seguidilla de detalles
macabros, donde la desinformación, el
ocultamiento y las negativas vehementes por
parte del reino saudí que niega cualquier
implicación directa del príncipe Bin Salman, ha
caído en oídos escépticos en todo el mundo,
incluyendo aliados como Estados Unidos.
Lo que puede interpretarse como una
evidente torpeza o un absoluto cinismo, la
diplomacia saudí ha ofrecido varias versiones
de lo que ocurrió aquel 2 de octubre, pero
cada vez aparecen más informes que
comprometen al poderoso heredero saudí,
quien habría ordenado el asesinato de
Khashoggi, y cuya posición hasta ahora
parecía inquebrantable.
Las versiones apuntan a que el periodista fue
asesinado dentro del Consulado, último lugar
donde se le vio con vida.
La orden, además, provino de uno de los más
cercano ayudantes del príncipe heredero, y
quien a través de una llamada de Skype a la
legación diplomática exigió “la cabeza de ese
perro”. Además de que participaron 15
agentes antes de que un forense cortara su
cadáver en 15 partes y los regara por varios
lugares en un intento de desaparecer todo
rastro.
La escalofriante muerte del periodista saudí
hoy ocupa los titulares de la mayoría de los
diarios internacionales, y ha causado tensión
diplomática entre Estados Unidos, Arabia
Saudita y Turquía.
El experto cuestiona cómo el régimen saudí
apela a una campaña de desinformación para
contener un problema que es imposible de
contener, y lo que termina es poniendo contra
las cuerdas a la monarquía misma que no
tiene más remedio que admitir la muerte del
periodista.
Esto, sin mencionar que muchas compañías
petroleras, de industria energética y de
infraestructura internacionales no pueden
permitirse el lujo de perder a Arabia Saudí
como cliente, simplemente porque es uno de
los tres principales productores de petróleo
del mundo.