Periodico Alfredo Iriarte AIPA LEER No. 23 Agosto 30 - Septiembre 05 | Page 29

la razón por la que nunca los acuerdos de paz se han vuelto verídicos y reales como todos los añoramos, pero es que prácticamente, la violencia en Colombia cada vez crece y se establece más, hiriendo como filo de espada a todos los que formamos parte de esta opresión. Sin duda alguna, la paz existe, como no, pero la incertidumbre se genera ¿ En dónde se encuentra ubicada?, todos anhelamos paz, de una u otra forma es una necesidad, pero dime, ponte en mi lugar o mejor en el tuyo si así lo prefieres, no te cuestionas ¿ Por qué han pasado años, décadas, incluso siglos, en que se habla como una bella carta de amor, una delicada lírica, asuntos sobre alcanzar la paz que esta nación necesita, pero desgraciadamente jamás se ha llegado a este objetivo? Pues bien, no se requiere ser bastante intelectual para darse cuenta de la situación actual que se está presentado en un estado tan poblado y grande como lo es Colombia, donde las personas ya se han hecho a la idea de que este país vive en un conflicto que al igual que en una tormenta se despliega

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A. I. PA’ LEER

por niveles; después de la peligrosa tempestad, viene supuestamente la calma, lo que la relacionaría con una suave pero constante llovizna y por lo general la presencia inseparable de la neblina, a veces me detengo a analizar las cosas detalladamente y llego a una conclusión acerca de que ante tal situación en la que estamos, le hallo la razón a un amigo líder creador de paz el cual dice sabiamente“ no me sorprende la maldad de los malos, sino la indiferencia de los buenos”, Barack Obama un filántropo que asumió la presidencia de Estados Unidos como primer mandatario de raza negra gran portador de paz y enemigo del racismo. Si nosotros nos sentáramos a analizar de alguna forma, este espejismo que estamos viviendo y nos está acabando poco a poco, empezaríamos a ver las cosas desde otro punto de vista puesto que la paz no la podemos pretender encontrar afuera, sino deberíamos empezar por buscarla en nuestro interior, no podemos hablar de lograr alcanzar la paz cuando ni siquiera nos aceptamos como somos y pretendemos ser como los demás, cuando nos subestimamos y nos creemos incapaces, incluso cuando nos violentamos autónomamente, causándonos daños en nuestros cuerpos, y en el peor de los casos pensar como quitarnos la vida. Los días pasan, con el continuo rodar del tiempo y cada vez más se siente el asomo del suplicio, la opresión, la jerarquía, la ambición, sed de venganza que arrasa la felicidad siempre añorada. Pero es más triste aun ver como Colombia sigue sumida en esa polémica sin encontrar soluciones, por más proyectos que se forjen con el fin de arrasarla, de recordar como la violencia se ha apoderado de un estado tan numeroso e idealista causa frustración, puesto que secuelas de angustia, aflicción y sufrimiento siguen a la vista de todos como una pintura reflejada en la pared. Ahora bien, para nadie es un secreto que desde tiempo atrás el paramilitarismo, narcotráfico, violaciones, guerrilla, trata de blancos y negros, desplazamiento forzados y todos estos aspectos negativos y aterradores se han ido estableciendo en la nación, ni siquiera hacen parte de un pasado, sino la viva realidad