Si bien es cierto que de nosotros como adultos depende que apoyemos a
los niños y niñas de nuestro país y brindemos herramientas que les
permitan mejorar su calidad de vida y se conviertan en seres autónomos
que puedan ayudar al mejoramiento de la sociedad.
También está claro que ellos, desde su rol de niños, nos dejan muchas
enseñanzas y traen a nuestra mente el recuerdo de lo que una vez fuimos
y ahora hemos olvidado simplemente porque la sociedad se ha encargado de ello.
He aquí una invitación muy especial, a retroalimentar nuestra
práctica, apoyemos a todos estos pequeños seres que con sus
alegrías y sus ocurrencias, hacen que nuestro quehacer sea
más diverso y asertivo.
Brindémosle un espacio dentro y
fuera de las aulas, acogedor, de
aprendizaje constante, donde las
barreras de la participación sean
realmente retiradas y reconozcamos
a cada uno, como a un ser único e
irrepetible que vale la pena conocer.
Un espacio donde todos y todas aprendamos de
manera significativa y con un solo propósito, aportar
un granito de arena para dejar un país mucho más
centrado a todos aquellos pequeños.
Linda Carolina Castellanos Ramos
Docente Preescolar sede c
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