Sebastián Lerdo de Tejada era un hombre de muy vasta cultura y de gran influencia política; había sido colaborador muy estrecho de Juárez desde los años de la Intervención Francesa, y muchas de las decisiones de éste fueron inspiradas por Lerdo de Tejada. Por esta razón, su gobierno fue, en muchos aspectos, una continuación de Juárez.
Aspecto político
Lerdo de Tejada conservó el gabinete que Juárez había formado en 1871 y en cuya creación había intervenido. Por lo tanto, el nuevo presidente ejerció un fuerte predominio sobre los ministros, tanto por su influencia política-superior a la de ellos- como por los rasgos propios de su personalidad arrogante y presuntuosa. Al igual que su antecesor, Lerdo de Tejada se preocupó por pacificar al país
Aspecto económico
En el aspecto económico, la República restaurada presenta grandes transformaciones, y los que destacan en este renglón son algunos proyectos para la industrialización y modernización de México, que en su gran mayoría no pudieron llevarse a la práctica por falta de inversiones del capital extranjero.
Durante el gobierno de Lerdo de Tejada, el ministro de hacienda, Francisco Mejía, consiguió organizar un sistema fiscal a nivel nacional que permitió el pago uniforme y justo de impuesto, normalizó la contabilidad fiscal, moralizó a los funcionarios y logró un orden hacendario como no se había dado antes.
Hubo otras realizaciones importantes en el campo de las comunicaciones: entre los años 1872 y 1875 se amplió la red telegráfica en algunos 2600 kilómetros, que en total llegó a alcanzar más de 90000 kilómetros.
También aumentaron y se mejoraron los caminos y los carreteros, que podían comunicar a la ciudad de México con casi todas las capitales de los estados, y a éstas con las ciudades o no vecinas.