ORÍGEN
Para conocer el origen de la pasta dental debemos remontarnos 4.000 años atrás en el tiempo. La primera constancia que se tiene de la pasta de dientes la encontramos en un manuscrito Egipcio del siglo IV a.C.
En el antiguo Egipto, los dentistas ya conocían los efectos nocivos de una dentadura descuidada y sugerían remedios para conservarla limpia y en buen estado. Entre estos remedios estaba el clister o lavativa dental
La primera pasta dental (el clister) estaba elaborada con pimienta, polvo de sal, iris, hojas de menta y flores que le otorgaban un fuerte olor y sabor. También se le podía añadir mirra, cáscara de huevo machacada, uñas de buey y piedra pómez.
En la antigua Persia, alrededor del año 550 a. C., también era costumbre limpiarse los dientes y fue una práctica higiénica común.
En la antigua Grecia, del mismo modo, los griegos también utilizaban la orina humana como dentífrico.
En la antigua Roma se vendía en frascos la orina lusitana porque tenía fama de ser la más fuerte y efectiva. A modo de primitiva crema dental
Dioscórides Pedáneo (40 – 90), botánico griego del siglo I, habla en su tratado Corpus Hipocraticum de cierto dentífrico hecho con leche de mujer utilizado en Roma
INVENCION
El médico romano del siglo I, Escribonius Largus, fue de hecho quien inventó la pasta de dientes hace 2.000 años. Su fórmula magistral era una mezcla de vinagre, sal, miel y cristal machacado.
“Que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico.”
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