PASOS. Revista digital del IES Sáenz de Buruaga. Nº 2. Noviembre de 2020. | Page 46

contraportada

Parar un minuto para seguir aprendiendo en comunidad.

En 1989 un politólogo publicaba un artículo titulado “¿El fin de la historia?” donde afirmaba: "el triunfo de Occidente, de la 'idea' occidental, es evidente, en primer lugar, en el total agotamiento de sistemáticas alternativas viables al liberalismo occidental". El artículo recorrió Occidente a la par que la caída del Muro de Berlín y los adoquines y las palabras del estadounidense parecían darle la razón. Ya sólo quedaba Occidente, la idea de Occidente, tal vez, la historia había terminado.

El 14 de marzo de 2020 nuestro país, algunos países antes y otros después, quedó en suspense, nos confinamos o nos confinó un virus que ha matado a más de medio millón de personas en el mundo y que ha abierto la necesidad de vivir de otra manera; la historia que no acaba de terminar.

Hay huellas indelebles de este tiempo donde el mundo era tu casa, donde las palabras eran las cifras malditas que durante demasiados días cercenaron las sonrisas, donde las imágenes dejaban escaso vuelo a la libertad.

Sigo recordando el silencio, que tanto amo, como único sonido que ha acompañado a un pueblo sorprendido, a un pueblo que hizo lo que se le pidió y que lo sigue haciendo.

Sigo recordando ritos de socialización, incluso para las asociales, a las ocho de la tarde cuando el ágora era el balcón de tu casa o la ventana y agradecías a las mujeres y a los hombres que estaban fuera manteniendo a ralentí a un país que respiraba con respiración asistida.

Sigo recordando la no existencia en las calles, estradas sin colonizar, sin coches, con personas a cuentagotas simulando una vida que era nueva para todas y todos.

Sigo recordando el desconcierto primero de cómo seguir haciendo lo de siempre desde un lugar por inventar; cómo dar clases en una no clase, el estudio de mi casa, cómo hablar y explicar delante de una webcam; cómo entender a Marx desde la habitación de Clara a través de la imagen de tu profesora… Inventamos nuevas formas de aprender y enseñar.

Pudimos hacerlo, mas ahora, que casi todo ha pasado, deberíamos parar. Parar para diseccionar qué hemos hecho y cómo lo hemos hecho, para planificar porque entendemos que puede volver a ocurrir, para volver a inventar mundos donde todas y todos tengamos un cometido claro, donde las redes no sean exclusivamente informáticas, para saber que tu idea es compartida. Parar un minuto para seguir aprendiendo en comunidad.

Delimitar la acción humana, su libertad y su idiotez es un juego para perder. La historia, la que hacemos y nos hace, se define cada día, en cada pedazo de tierra, en cada palabra, deseo, sentimiento de cualquiera de nosotras. Y deberíamos desear que siguiera siendo así porque tal vez el fin de la historia no sea otra cosa que el fin del ser humano.

Paqui Calle

Profesora de Filosofía