Y busqué mil excusas, creé culpas,
Incansables intentos de saborear recuerdos,
Embriagado en la melancolía. este nudo,
Este nudo que ahoga ese inhalar fino de aire turbio…
Fui El amor y el odio mezclados como un cóctel asesino,
Mariposa destilada e insípida de vida,
Fui grito enmudecido que se esfuma al viento
Tratando de entender aún sabiendo
Que hurgando ya tenía la verdad entera.
Si estrechándote la culpa entendí,
Que el lamento más profundo, las lágrimas,
La herida, la desilusión y el vacío, sólo duelen,
Sólo duelen porque hoy asumí que dejaste de amarme
Y un hombre no amado es tan igual, muy igual
A un perro que agoniza.
Nunca fuiste, no fuiste, no amaste, no cambiaste,
Y así siempre serás un fantasma bastardo a quien odiar.
Y así aprendí a no mentirme,
Así entendí que quien camufla su pena de superación… no purga.
Porque prefiero odiarte
Vislumbrando tu infierno, tu fuego,
Consumiendo cada partícula,
Porque el odio es sincero,
Porque el odio impuro en su existencia
Se hace fiel a uno mismo.
El odio no te engaña y permanece a tu lado sin recriminar, sólo dejándose ser,
El odio que me lleva a la recurrente imagen
Donde puedo libremente levantar desde el piso
El elemento grotesco más cercano
Y así saciar mi agonía golpeando a paso firme y parejo
Tus sesos que jamás tuvieron más que egoísmo,
Egoísmo que te hace ser esencia en este mundo.
Mis más sinceros deseos sin prejuicios
De que sufras día a día y mueras en vida,
Recordando que el karma se paga
Y hoy tu deuda jamás será saldada.
Mis más sinceros deseos de que jamás te sientas amada
Y bebas de la angustia, la ira y el dolor
Multiplicados al infinito.