vid Alfaro Siqueiros pasaron gran parte de
su tiempo en Estados Unidos. Orozco fue
el primero en pintar murales a finales de los
años 20’s en el Colegio Pomona, en Clare-
mont, California. Diego Rivera vivió en Esta-
dos Unidos de 1930 a 1934 y durante este
tiempo demostró parte de su trabajo más
influyente en el Museo de Arte Moderno.El
éxito de Orozco y Rivera estimuló a artis-
tas norteamericanos a estudiar en México y
esto abrió las puertas a muralistas mexica-
nos para que encontraran trabajo en el país.
Siqueiros no tuvo la misma suerte ya que en
1932 fue exiliado a Estados Unidos en Los
Ángeles, California donde pintó tres murales.
Cauduro, Jorge Navarro, Héctor Cruz García,
Luis Nishizawa Flores, Santiago Carbonell,
Leopoldo Flores, Julio Carrasco Bretón, entre
muchos otros. El concepto de un mural como
mensaje político fue rápidamente trasladado
a Estados Unidos desde el suroeste de Méxi-
co, sirvió como inspiración al muralismo Chi-
cano aunque los mensajes políticos eran dife-
rentes.En la Nicaragua revolucionaria surgió
el muralismo durante el periodo sandinista.
En la década de 1950 surge la denominada
Generación de la Ruptura, un grupo de ar-
tistas que reaccionó contra los valores de la
Escuela Mexicana de Pintura, incorporando
a su pintura nuevas temáticas y estilos. Des-
tacan entre sus miembros Vicente Rojo, José
Luis Cuevas, Alberto Gironella, Lilia Carrillo,
Manuel Felguérez, Fernando García Pon-
ce, Arnold Belkin entre muchos otros.3031
Son numerosos los artistas formados en la
tradición del muralismo y su ruptura, y que
continuaron realizando murales, así como las
comisiones de edificios públicos y privados
esforzados por mantener la obra pública en
México vigente, como un estandarte de su
cultura. Entre los sucesores del muralismo
se encuentran Arturo García Bustos, Rafael
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Murales dedicados al pueblo