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Gracias por ser como son y estar en mi vida

Somos una familia formada por hijos trillizos y una pequeña más que llegó como regalo de Dios, completando nuestra felicidad como padres. Este tiempo ha pasado de manera repentina con reveces y sobreponiéndonos frente a lo vívido hasta la fecha, que ha sido una fusión entre adaptación a vivir en una pandemia, experiencia que nos hace ser fuertes, en nuestro aquí y ahora. Nuestra vivencia familiar tiene tres segmentos. Como padres: nuestra experiencia es de consolidación y reafirmación de la unidad familiar, permitiendo conocernos más y mantener un vínculo con amor, ternura y diálogo permanentes, para conocer más a Facundo, Almendra Macarena, Adriano y María Paz; en sus rasgos y características de su personalidad, que nos permiten como padres orientar su formación en respeto a su individualidad, evitando la competencia y la comparación, es decir aprendimos a amarnos con mayor intensidad. La pandemia ha traído como beneficios el que siendo aún pequeños pertenezcan a esa generación que de acá unos años puedan dar testimonio de haber sido sobrevivientes a una pandemia, como la fortaleza emocional para sobrellevar la nueva forma de vivir en dejar de salir un tiempo, más en la condición de los pequeños, quienes tenían restringido el poder hacerlo, contra el mismo encierro, para superar este confinamiento ha hecho que se viva esos diferentes momentos en este tiempo. Frente a este hecho optamos por hacer más actividades entre todos como familia, desde lo lúdico, como aprender otras habilidades para la vida, en su bioseguridad, el apoyar más en actividades propias del hogar, así tener su propio espacio con sus gustos y preferencias para seguir adelante. Como padres maestros, hemos aprendido mucho de las estrategias metodológicas del trabajo. Padres e hijos hemos sido alumnos y maestros, buscando los aprendizajes en grupo descubriendo lo nuevo y reforzando lo conocido. Descubrimos los talentos entre los seis miembros de la familia, esto nos permitió dejar de sentir el agobio del aislamiento, porque pudimos planificar diversidad de actividades, los que ayudaron en la construcción de sus conocimientos, que el colegio iba desarrollado con variedad. Nosotros añadimos arte, repostería, dibujo, danza, ejercicios, etc. Siendo esta la oportunidad, para descubrir más los talentos de nuestros hijos; como la oportunidad de estimularlos aprobando sus aciertos y así rectificar sus pequeñas cosas por mejorar. Las palabras muchas veces no reflejan lo complicado que puede llegar a ser el organizarnos en la logística de( equipamiento de pc, laptop, más puertos de internet, etc.), lo que demandó en ordenarnos fueron los horarios, gestionando el tiempo, adaptando espacios, ambiente de estudio; sin dejar de lado, nuestras propias actividades laborales, que como adultos y profesionales tenemos que desarrollar, lo que hizo hacer un esfuerzo en otorgar estas condiciones, para su mejor comodidad para estudiar. Concluimos como padres conforme a lo citado por el educador Paulo Freire, que confirmó en agosto de 1985“ Nadie enseña a nadie, nadie aprende sólo, todos aprendemos juntos, a través de la mediación del hombre”, Mientras como padres – amigos, entendemos que lo más hermoso de nuestra experiencia, es buscar la variedad de actividades, para promover el diálogo, para lograr vínculos de acercamiento y sinceridad alejados de los temores y miedos que separan. Mucha conversación para contextualizar su edad y el tiempo, sus aspiraciones e intereses, encontrar las paradojas entre el bien y el mal, saber elegir y tomar decisiones en la vida, sobre todo confiar en papá, mamá y los hermanos. Un día cualquiera quisimos evaluar el impacto de ser padres amigos y María Paz, de cinco años, al preguntarle por sus mejores amigos, esperábamos una lista respuesta con nombres de sus amigas( os) del colegio; nos sorprendió al decir: Mi mejor amigo es mi papá y mi mejor amiga es mi mamá. Así transcurren los días, las semanas y los meses de la pandemia, cada domingo escuchamos la misa en familia de manera virtual, analizando y escuchando desde la opinión de cada miembro de la familia: Hoy podemos decir mirando a Dios, este año ha sido un gran año porque:- En el año de la muerte estoy vivo.- En el año de enfermedad estoy sano.- En el año de la escasez he sido bendecido con el pan en mi mesa.- En el año del temor estoy confiado.- Este año mi barca no se ha hundido y sigue su camino.

Texto: Familia Silva Palomino
Porque tengo un gran Dios que es mi razón y mi amor.
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