Sobre las mediciones de corrupción
Introducción
D
esde los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial el desarrollo se asumió como sinónimo de crecimiento económico
y su medición se realizó mediante el producto nacional bruto
(PNB) y el producto interno bruto (PIB). Sin embargo, dadas sus limitaciones desde el surgimiento del PNB/PIB como indicador hegemónico, comenzaron a emerger mediciones que fueron consideradas como
alternativas. Desde las primeras aproximaciones de construcción de índices alternativos las dimensiones predominantes han estado asociadas
a dominios o derechos sociales y económicos, con una perspectiva fundamentalmente unidimensional. Desde entonces ha sido desarrollado
un conjunto de índices orientados a presentar una visión alternativa al
desarrollo, entendido solo como crecimiento económico. Uno de los índices alternativos que ha logrado ocupar un puesto protagónico a escala
internacional y local como brújula del bienestar, ha sido el caso del índice de desarrollo humano (IDH), fundado sobre las ideas de Amartya Sen
y Mahbub ul Haq y auspiciado por el Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD). Junto al IDH, otros índices similares también han hecho énfasis en dimensiones sociales, económicas y, en algunos casos, ambientales.
Nuevos estudios con enfoques multidimensionales destacan la necesidad de observar y, de ser posible, medir el desarrollo. En este orden
Paradigmas, jul.-dic., 2014, Vol. 6, No. 2, 131-177
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