-Son unas deliciosas meriendas saludables que llevo a mi papa abuela, mi padre solía enviarlas, pero él ahora no está.- Dijo con cara de tristeza.- Según dicen los papa pueblerinos un lobo feroz lo devoró; pero no podrías ser tú, no eres malvado.- Agregó papa Caperucita.-¿Podrías darme algo de tu canasta? Es que tengo hambre y no he encontrado suficientes vallas para alimentarme bien.-Preguntó papa lobo.-Seguro, si podría darte un par de frutas.-Respondió papa Caperucita sacando algunas uvas.
-Debo irme papa lobo, tengo que llegar donde mi papa abuela.-Agregó papa Caperucita retomando su camino.- No le digas a nadie que me has visto, podrías correr peligro- Dijo papa lobo mientras papa Caperucita se alejaba.-Está bien.- respondió ella.
48